Profesionales de la Universidad de Minnesota en Estados Unidos conocieron en el Hospital Ciro Redondo García los resultados del proyecto de investigación de un Modelo de Atención al Parto Respetuoso en Artemisa, liderado por la doctora en Ciencias de la Enfermería Lareisys Borges Damas.
La también directora del Consejo de Sociedades Científicas de la Salud en el territorio presentó en 2017 su tesis doctoral sobre un Modelo de cuidados humanizados a la mujer durante el trabajo de parto y el parto.
Esta propuesta, centrada en la labor de Enfermería, develó la necesidad de capacitar a la gestante y el personal sanitario para ese momento crucial. De ahí surgió un macroproyecto, con énfasis en el Ciro Redondo y varias áreas clave: preparación psicoprofiláctica, alivio del dolor, posiciones y libertad de movimiento, autonomía profesional, comunicación y violencia obstétrica.
Integrantes del equipo multidisciplinario que la acompañaron en la iniciativa, mostraron técnicas y procedimientos para facilitar la llegada al mundo de una criatura, con el menor trauma posible.
Las distintas vertientes de la indagación constituyen tesis, propuestas al Premio Anual de Salud por el territorio, apuntó Borges Damas.
Además, el intenso quehacer durante un lustro dio como resultado un libro destinado a profesionales y familias, y otro que define la autonomía de las enfermeras en el proceso.
Borges Damas explica que este tema constituye objetivo del Programa Materno Infantil; sin embargo, falta mucho aún para su generalización al resto de las instituciones.
Durante el encuentro tres madres artemiseñas compartieron su experiencia con los visitantes. Mediante materiales audiovisuales mostraron todo el recorrido desde la detección del embarazo, hasta el desarrollo del bebé en sus primeros años.
“No me siento traumatizada”, afirmó Elizabeth Oramas, quien dio fe de la calidad en la atención y la efectividad de varias técnicas de alivio del dolor y estimulación como el reboso, la inyección lumbar de agua estéril y el apoyo continuo. La disminución del número de cesáreas, el índice de cero muerte materna y la baja mortalidad infantil en la provincia apuntan a las satisfacciones evidenciadas en esta investigación, que solo cumplirá su objetivo si se convierte en práctica constante.
“Hemos venido a aprender de la prevención en el sistema de Salud Pública cubano, lo cual no funciona de esa forma en Estados Unidos”, declaró Estefany Gingerish, enfermera registrada y profesora en la Universidad de Minnesota.
Asimismo, abogó por la democratización de estos servicios en su país, la reducción de la muerte materna y el aprendizaje de los principios de solidaridad y humanismo, que distinguen a la Mayor de las Antillas. Al concluir el intercambio, las estadounidenses recorrieron las salas de Neonatología, Gestantes y Puerperio.

Foto: María Caridad Guindo