El traslado de los productos correspondientes a la canasta familiar normada constituye prioridad en el territorio dentro de la actividad de carga, pese a los gastos que genera de combustible (más de 30 000 litros en febrero) y el kilometraje recorrido en aras de su distribución, explicó José Alexis Vargas Castro, director de Operaciones de la Empresa Provincial de Transporte Artemisa.
A partir de la entrada fraccionada del arroz, azúcar, chícharos, entre otros, “acomodamos la carga en dependencia de las demandas semanales y el arribo de los recursos, lo cual ocasiona varios recorridos en el mes, cuando antes se realizaban uno o dos”.
Vargas Castro apunta que esa dinámica incrementa el gasto de combustible, que pudiera emplearse para otros fines. Una veintena de vehículos obedecen a la carga de la Empresa Mayorista, y aunque poseen más carros, la cantidad de los destinados a este empeño depende de la capacidad de estiba en almacenes.
Otra dificultad es la dispersión, agregó Vargas Castro, al no tener todos los productos un origen común. También el traslado diario de harina desde Bauta y otros municipios, así como la entrega de la merienda escolar y el pan en toda nuestra geografía, encarecen aún más el proceder.
“Nuestros vehículos superan con creces la distancia media a recorrer en cada base (de unos 40 kilómetros); en muchas ocasiones viajan vacíos y la estadía, si bien se cobra al cliente, atenta contra la eficiencia y el aprovechamiento de las capacidades”.