Un rápido análisis de los últimos meses nos permiten precisar cómo ha sido la vida nocturna en la provincia, un tema que -como otros, no sale de la mirada crítica de la prensa y del juicio de nuestros lectores.
Mucho silencio en las calles, propuestas fuera del territorio, incremento del consumo de la tecnología y el “paquete” con sus gustadas novelas turcas, películas o realities, se imponen en la programación de algunos, mientras otros esperan los viernes y sábados para asistir a los centros con música grabada que surgen en la sociedad.
¿Qué sucedió con la presentación de agrupaciones en la Casa de la Música? ¿Dónde quedaron las invitaciones de la Empresa de Alojamiento y Recreación? ¿Se inserta el sector del turismo en las actividades de fin de semana? ¿Y las peñas? Pudiéramos citar incontables ejemplos de lo que en forma de “iniciativa” o como misión social le corresponde a entidades de este tipo. Pero el tema, nada lejos de los intereses colectivos, debería ser seriamente evaluado, pues echar a un lado la monotonía de las horas, también es necesario para los seres humanos.
Las recientes políticas en Cuba favorecen que el sector no estatal (privado) asuma espacios para la recreación nocturna. Entonces es muy común en otras provincias como La Habana -y me dirán ¡Claro, porque es la capital!, percibir un sinfín de establecimientos de ambos sectores, dispuestos a recibir a niños, jóvenes y adultos, con horarios y ofertas de acuerdo a edades, gustos y posibilidades económicas.
Tal influencia, fundamentalmente privada, parece comenzar a impactar en algunos territorios de Artemisa, sin embargo otros tantos factores como son los precios o el servicio del transporte influyen en las decisiones de amigos, parejas o familiares. El primer factor pudiera ser incluso electivo asumirlo o no, pero ¿qué ha sido del transporte nocturno? ¿Por qué la población de Candelaria, Caimito o Mariel no tienen al menos un día a la semana un servicio de viaje para visitar el popular Patio de la Casa de la Música o los encuentros en la Uneac en una ruta de “ida y vuelta”?
Tenemos un Juárez donde pudieran presentarse reconocidas agrupaciones de la música, la danza y el teatro en la región e incluso en el país. Pero sigue ahí, como una institución a la espera, que corresponde aprovechar más para ganar y aportar economía a un sector imprescindible. Es válido recordar que somos un pueblo culto porque así se nos formó, entonces vale al menos una vez al mes disfrutar de un encuentro que se salga de lo común, y a su vez represente experiencias inolvidables para los públicos.
Hoy existen peñas a las que muy pocas personas acceden por razones ya planteadas u otras que se basan además en gustos. Es preciso investigar, para entender fenómenos sociales que incumben a especialistas, promotores y autoridades: ¿qué dicen las personas sobre el encuentro de hoy? ¿conocen de tal espacio? ¿es de su agrado? ¿cuál es su preferencia? Algo tan fácil que se alcanza y mide con una llamada telefónica, en las calles, a modo de encuesta en este mismo semanario o en las redes sociales.
La influencia de la cultura en el desarrollo es decisiva. Sean bienvenidas las actividades masivas en los parques infantiles, los encuentros deportivos y recreativos apoyados por los profesores del Inder y cuanta iniciativa corrobore el papel de los promotores en el esparcimiento familiar. Además, seamos conscientes de experiencias que se materializan en otros lugares y a las que seguro quisieran asistir pequeños, jóvenes o adultos de barrios y comunidades rurales, de municipios distantes e incluso de otras provincias.
La vida nocturna en Artemisa corresponde ser llevada a intercambios donde se analice de forma crítica lo que no se ha hecho y lo que aún falta por hacer. Ahí deben sumarse otras direcciones responsables también de uno o dos días a la semana, que son igual de importantes como alimentarse, vestirse o dormir, pues divertirnos es medicina para el alma.
No debería ser un problema agendar el próximo lugar que visitaremos, o peor, encontrarnos con barreras en el camino capaces de impedir un plan. Una salida en pareja a un bar o cafetería está por encima de los 5 000 pesos moneda nacional, cifra alta ante los salarios y los costos sociales de la Cuba de hoy. Por tanto garantizar más donde se pueda y revitalizar los espacios con humor cubano, música, teatro y danza, puede ser un gran regalo a las noches, a los artemiseños… y así saldar una deuda pendiente con nuestra identidad.