Con una fuerte tradición en las artes plásticas, una vez más, la Villa Azul del occidente cubano resulta galardonada en el concurso infantil De donde crece la palma. En su vigésimo novena edición, cuatro estudiantes marieleños fueron reconocidos a nivel provincial, con una mención y tres premios.
Sofía Álvarez Cruz, Miguel Antonio Nicó Ávila, Gabriel David González Mederos y Emmanuel Sena Romero merecieron los lauros con las obras En los montes, monte soy, Martí con boina, El legado de Martí y Ser cultos para ser libres, respectivamente.
Según los instructores de artes visuales Omar Gutiérrez Hernández y William Fernández Rubiera, realizaron un trabajo masivo en función del concurso, apoyándose en el quehacer en los talleres, y también recepcionaron obras que llegaron desde diferentes centros estudiantiles y de la Casa de Cultura de Cabañas donde destaca el trabajo del instructor Nemesio Omar Lafferte Gálvez. Finalmente fueron a concurso 20 obras de 15 alumnos.


Al tener preferencia por los paisajes, a partir de la unión de varias palmas Sofía conformó el rostro de Martí. “Presenté tres trabajos, en las otras obras también está la figura del Héroe Nacional, las palmas, la bandera, y demás símbolos que nos identifican”, señala la alumna de quinto grado en la escuela Playa Girón.
De su propio grupo es Miguel Antonio, quien quiso vincular al Apóstol con el Che. “Lo pinté con una boina y una estrella, relacionándolo además con otros elementos que distinguen a nuestro país y haciendo uso de varias tonalidades”.
Por su parte, Gabriel David, de octavo grado de la ESBU Maputo, resalta que se apropió de un recurso como el collage para darle vida a la obra. “Utilicé recortes de periódicos donde reflejé algunas de las conquistas de nuestra nación en diferentes esferas e ilustré a Martí sobre estos, dándole diferentes matices. Unos tres o cuatro días me tomó concluir la pieza”.
En el caso de Emmanuel, estudiante de duodécimo grado en el Instituto Preuniversitario Pedro Ángel Delgado Carcache, cuenta que se inspiró en la actualidad, donde la tecnología ha cobrado un gran protagonismo en nuestras vidas.
“Es como traer a Martí a estos tiempos. Él está leyendo un libro y en su rostro se denota cuanto disfruta de ese momento; a su vez tiene una jaula sobre su cabeza en la que está encerrado un móvil, sugiriendo que el mal uso de las tecnologías puede llegar a esclavizarnos y nos olvidamos de actividades esenciales que alimentan tanto al alma como la lectura; en tanto, el zunzún es muestra de la libertad de espíritu de quienes seguimos el camino trazado por Martí”, afirma.
Mariel ha destacado tradicionalmente por sus resultados en el certamen y muestra de eso son estos pupilos, quienes ya han sido agasajados en otras oportunidades, incluso, dos de ellos también a nivel nacional.