Adrialis a partir de esta semana tendrá una nueva rutina. Ya no dormirá las mañanas con su abuelita. En cambio, despertará temprano con mamá y la acompañará al trabajo, en la sede del Gobierno Provincial en Artemisa. Allí, la Casita Infantil Amiguitos del Mundo, le servirá de refugio para el aprendizaje y podrá hacer nuevos amigos.
“Desde antes de que la niña cumpliera un año solicité el círculo infantil. Nunca me llegó. Ya tiene dos años y nueve meses. Hasta ahora me la cuidó mi mamá. Gracias a esta iniciativa ella podrá formarse bajo las normas del sistema educativo de la primera infancia. Aprenderá más y yo estaré más tranquila”, comentó a el artemiseño, Suney Massip González, quien trabaja hace siete años en la Dirección Provincial de Vivienda.
“Tengo otro niño, de diez años, con necesidades educativas especiales y realmente en temporada de vacaciones era bastante complicado para mi mamá cuidar de ambos para que no se afectara mi trabajo”, confiesa.
Nereyda Palacios Hernández, jefa del departamento de Recursos Humanos del Gobierno Provincial y quien ha atendido de cerca esta tarea, contó que “asumir todas las necesidades de las 32 unidades organizativas, que incluyen Justicia, Trabajo, Vivienda, Transporte, Economía y Planificación, Finanzas y Precios, entre otras, era un reto para nosotros y una deuda con las madres trabajadoras de esta sede.
“Hemos construido este espacio con mucho amor y la ayuda del Departamento de Cooperación Inter- nacional, Comercio Exterior e Inversión Extranjera y de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (Padit). Además, compramos algunos juguetes en la Empresa Provincial de Operaciones Logísticas (Epola) Artemisa”, dijo Palacios Hernández. Dos ventiladores, aire acondicionado, televisor y juguetes llegaron a la casita para regalar confort a los más pequeños.
“Al comienzo los niños traerán sus alimentos y, en un futuro, esperamos elaborarlos aquí”, confirmó Palacios Hernández.
Más de 20 años de amor
Anisia Barrios Martín, de 52 años y más de 20 dedicados a la labor de educar, será la ‘seño’. “Por el momento solo tendremos cinco infantes de entre segundo y cuarto años de vida, pero este salón tiene capacidad para 15.
“Aunque fui también maestra de primaria, adoro la primera infancia. Ver cómo cada día aprenden algo nuevo, ayudarlos a diferenciar colores, identificar medios de transporte y todo cuanto implica la ense- ñanza en estas edades, me apasiona.
“¿Mi motivación? Ahora estaré más cerca de la casa, lo cual me ayuda muchísimo, pues con la situación del transporte me era muy difícil desplazarme. Además, esta modalidad de las casitas infantiles me permitirá dedicarle tiempo a los niños y perfeccionar la enseñanza, pues son pocos, y seremos dos educadoras”, comentó con ojos brillantes cuando recibía a quienes le darán más alegría a su vida laboral.
Amiguitos del Mundo resulta un lugar ideal para que los infantes crezcan en un espacio seguro. Por eso la alegría de Anisia fue compartida con quienes soñaron en colores y ayudaron a hacer realidad este empeño construido con juguetes y alegrías.
