Queridos compatriotas:
El 2023 termina y es como si llegáramos a la cima de una montaña muy alta, por caminos tortuosos. Como tantas veces a lo largo de 65 años, la subida ha sido ardua y por momentos hemos tenido que retroceder. Pero llegamos.
En el camino del ideal socialista, como nos han enseñado Fidel y Raúl, llegar es vencer, conscientes de que cada meta es un nuevo punto de partida.
Al celebrar el 65 aniversario de la Revolución cubana, quiero enviarles un abrazo agradecido, por cada paso de avance frente a los colosales desafíos que nos han impuesto seis décadas de bloqueo económico reforzado y los errores derivados de la incesante búsqueda de salidas para saltarnos el brutal cerco.
Hoy todo parece más difícil que siempre por los largos años soportando el criminal peso de una política de cercos y sanciones que parece infinita en su crueldad. Pero los revolucionarios no hemos llegado hasta este 65 aniversario para rendir y entregar banderas.
La generación histórica que, contra el pronóstico de los agoreros de la adversidad, trajo la Revolución hasta este día, aún nos acompaña, con la convicción de que sí se puede.
Desde el grito en La Demajagua hasta nuestros días, el secreto de la Revolución para sostenerse frente a todas las adversidades, ha sido la participación popular en una historia única de resistencia y creatividad, con un liderazgo firme y un haz de principios como base.
Es esa historia la que nos inspira a invitarlos hoy, en vísperas de otro Nuevo Año desafiante, a entrarle al 2024 con toda la pasión y la alegría que necesita y merece la gran tarea de cambiar todo lo que deba ser cambiado.
Hacer, crear, destrozar cada ladrillo del bloqueo a golpe de creatividad, es lo que toca, conscientes de que nadie lo hará por nosotros.
La Revolución no es la obra de un día, de un año, ni siquiera de 65 años. Es una idea, una voluntad.
Esta es la Revolución. No es ninguno de nosotros solo. Somos todos nosotros juntos, venciendo imposibles. Y lo haremos.
¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!
