Errores en los entrenamientos en edades tempranas limitan que el atleta alcance sus mejores resultados; la ciencia los corrige y abre un camino más seguro; si la aplica, Artemisa ganará más medallas y no solo al más alto nivel.
Durante un encuentro con directivos, profesores, médicos y otros especialistas del deporte en la provincia, el Doctor Jorge Pavel Pino, director del Centro de Investigaciones del Deporte Cubano, insistió en la aplicación de la ciencia y los resultados de los estudios del CIDC.
Para continuar cosechando éxitos se requiere un trabajo multisectorial, o alianzas que involucren a las instituciones vinculadas al desarrollo de esta área, universidades y centros de salud. Establecer lazos con Salud Pública, por ejemplo, permitirá evaluar la respuesta cardiorrespiratoria de los deportistas, propuso.
Señaló la existencia de nuevas aristas muy necesarias en las metodologías de los entrenamientos, como la personalización del diagnóstico de cada atleta, para indicar de manera correcta las cargas de entrenamiento.
No fue casual que se insistiera en los patrones de lateralidad, cuya aplicación contribuye al perfeccionamiento y desarrollo psicomotor de los atletas.
Refirió que el CIDC labora en soluciones informáticas a problemas del deporte y en la aplicación de la inteligencia artificial, que humanizan y perfeccionan el trabajo.
Destacó que entregaron una herramienta al equipo nacional de boxeo para evaluar el combate en tiempo real, y agregó que estudiarán a los supuestos contrarios de los boxeadores cubanos clasificados para los Juegos Olímpicos de París.
“Este año ha sido prioridad examinar la población atlética del futuro, desde una perspectiva científica, integral y personalizada”. De Artemisa tomaron 24 atletas de perspectiva inmediata, cuyos resultados ya discutieron.
El encuentro dotó a la provincia de nuevas herramientas, relacionadas con el control y evaluación de la preparación de un niño atleta hacia el futuro.