Se confiesa, en principio, maestro; el humilde educador de la escuela Carmelo Noa Gil, en el poblado caimitense de Capellanías, donde también aprendió las primeras letras. Sergio Suárez Bermúdez reconoce que la docencia le enseñó un sistema de trabajo útil para conducir, hasta nuestros días, diversas esferas de la vida social en la otrora provincia La Habana y Artemisa.
Su labor al frente del Instituto Preuniversitario en el Campo Ernesto Che Guevara, conocido como Ceiba 1, califica como “la mejor etapa de su vida personal y profesional”, entre alumnos y compañeros de trabajo, que ya son entrañables. “Allí tuve el regocijo de entregarle a mi hija y yerno su diploma de bachiller… Imagínate cuánto significó para mí”.
Como subdirector provincial de Educación, antes de extinguirse La Habana, experimentó el rompecabezas de tener oficina en La Víbora y decenas de escuelas desperdigadas por zonas rurales de los 19 municipios. “Los preuniversitarios internos nos obligaban a trabajar 24 horas, y debido a ese intenso ajetreo, resultaba imposible llegar a la casa antes de las diez de la noche”.
Pero el actual director del Grupo Empresarial Artemisa (GEA) nunca pensó verse involucrado en la creación de esta estructura. Cuando se tomó la decisión de fundar el nuevo territorio, era el presidente del Gobierno de Caimito.
“En esa condición asistí a los primeros encuentros en los cuales se hablaba de la futura provincia. Hasta abril de 2011 me desempeñé en esas funciones, y en julio ocupé el cargo de Director General de Edu- cación, Cultura y Deportes en el primer Consejo de la Administración Provincial (CAP)”.
Trece años después resulta difícil rememorar tantos aciertos, también errores. Por ejemplo, “al inicio no conocía los municipios procedentes de Pinar del Río y durante un recorrido para comprobar los aseguramientos del nuevo curso escolar, en Bahía Honda pregunté por el gas para cocinar. Todos se miraron atónitos, pues se empleaba leña”.
Tal vez le reconforte el mal sabor de aquella pifia, la satisfacción de contribuir, años después, a que el molesto humo abandonara la panadería del centro del poblado. “Han sido innumerables decisiones en este tiempo”, reconoce, entre ellas, la de trasladar la Escuela de Iniciación Deportiva hacia el edificio de la antigua ESPA, para lo cual se debieron emprender remodelaciones.

SERGITO DURANTE LA INAUGURACIÓN de la EIDE Julio Díaz, mientras ocupaba la reponsabilidad de Director General de Educación, Cultura y Deporte de la provincia / Foto de archivo
Sergito, como le llaman muchos de manera cariñosa, se considera “un privilegiado, debido a mi vínculo tan estrecho con las primeras ferias de Artemisa en Expocuba, la conformación de los equipos de béisbol a la Serie Nacional, la reconstrucción desde cero del estadio 26 de Julio”, entre otros momentos significativos.
Además, fue vicejefe y primer vicejefe dentro del CAP, de modo que, bajo su responsabilidad estu- vieron especialidades como la Oficina de Atención a combatientes y familiares, la sección de Colabo- ración Internacional, Agricultura, Salud Pública, Inversiones…
“Uno de mis mayores aprendizajes junto a Raúl Rodríguez Cartaya, el primer presidente del gobierno, fue la importancia de nunca desatender el sistema empresarial, brazo ejecutivo del Poder Popular. Los principales servicios a la población se concentran en este grupo, por tanto comprendí muy rápido, en su momento, la misión de liderarlo.
“He podido acompañar a las máximas autoridades de la provincia en casi todo lo que se ha hecho: construcción de viales de acceso, el canal de desagüe de Calle 58 en el municipio de Artemisa, el Cine-Teatro Juárez y el antiguo casino español, hoy Casa de la Música, ambos en ruinas, al igual que los mercados agropecuarios refrigerados, el bulevar, las ferias de fin de semana y de año”.
En sus remembranzas destaca la obtención de la sede del 26 de Julio en 2014, la presencia del General de Ejército Raúl Castro en el acto central nacional en el Mausoleo, los preparativos de la Plaza Cultural para recibir la gala y el concierto gigantesco de la orquesta Los Van Van.
Desde el GEA también se consolida su aporte a los destinos de Artemisa, con la responsabilidad de con- ducir el accionar de 15 entidades, muy diversas entre sí. Pese a las asperezas del actual escenario, “solo la de Alojamiento y Recreación acumula pérdidas, en tanto no han podido cumplir sus planes de venta Transporte y Mantenimiento Vial, por el déficit de combustible”.
“Aquí todo gira en torno al ciudadano común. Brindamos servicios vitales, con una fortaleza en el nivel superior de la mayoría de los directores. A eso se suma el sentido de pertenencia y el ambiente familiar alcanzado”.
Sergito es de los que desanda Artemisa, en particular el espacio de la feria agropecuaria dominical, a donde acude antes del descanso en familia, con la satisfacción de haber palpado las ofertas de la Empresa Alimentaria, Comercio, y el criterio de la población.
Y aunque buena parte de su andar se lo atribuya a la suerte, en verdad Sergito se ha ganado, y de qué manera, un lugar en la historia de Artemisa. Siempre vendrán a su memoria momentos muy duros, como la despedida de duelo del pitcher artemiseño Yadier Pedroso, en 2013, o los desafíos de la Covid-19, cuando nunca falló la entrega de la canasta básica y la alimentación de muchos.
En todos ha primado la voz pausada y la conducción certera del director de Ceiba 1, del eterno maestro de cuarto grado.

LA DESPEDIDA DE DUELO de Yadier Pedroso fue uno de los momentos más difíciles que ha debido enfrentar / Foto de Archivo