El próximo domingo 5 de noviembre, a la una de la madrugada, se deberán atrasar una hora los relojes, restableciéndose así el llamado horario normal -también conocido en otras naciones como horario de invierno-, coincidiendo con los países del hemisferio norte.
Esto supone que amanezca y oscurezca más temprano, siendo los días más cortos y las noches más largas; pero, ¿por qué tiene lugar este cambio? Se produce, precisamente, para aprovechar al máximo la luz solar, lo cual se traduce en un esfuerzo por ahorrar electricidad.
En ese sentido, la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure) insta a fomentar el ahorro tanto en los centros de trabajo como en las viviendas, y desplazar las actividades del hogar fuera del horario pico.
“El invierno es la época del año en la que se dispara el consumo de prácticamente todos los hogares. Una estación en la que descienden las temperaturas. Los meses de frío son los de mayor consumo energético; según los expertos a favor del cambio de horario, este supone un ahorro energético y económico”, comenta Magelys González Pérez, comunicadora de la Onure en la provincia.
Al respecto, señala que, entre las medidas para ahorrar electricidad sobresalen,emplear bombillas de bajo consumo, usar el calentador de agua fuera de horarios picos, elegir electrodomésticos que no consuman tanta energía y moderar la temperatura del aire acondicionado.
Los cambios de horario son normales a nivel mundial. En Cuba se estableció por primera vez en 1928.