Poco más de un mes nos separa del cumpleaños 13 de nuestra provincia. Entre los muchos y buenos recuerdos de cuanto se hizo para hacer feliz realidad el acto funda- cional del 9 de enero de 2011, prevalecen siempre los que llevaron a la conformación y funcionamiento de la entonces llamada Comisión de Identidad Provincial.
Esta fue la entidad encargada de investigar, debatir y proponer los símbolos, el escudo, el patriota insigne y otros elementos que no podían faltar en la síntesis de la nueva provincia. Todos estos aspectos debían publicarse en forma de libro, a partir de la historia, la geografía y la cultura de los municipios que la conforman.
Los vínculos entre la comisión y las autoridades del territorio se establecieron a través de Eduardo Cruz Pérez, entonces miembro del Buró Provincial del Partido, Julia Domínguez Azcué, por el Instituto Cubano de Radio y Televisión y Nancy Sánchez Morales, subdirectora de Cultura en la extinta provincia La Habana. Pero fue el Doctor en Ciencias Oscar Rodríguez Díaz (vicerrector de Extensión Universitaria de la entonces Universidad de Ciencias Pedagógicas Rubén Martínez Villena) quien asumió en la práctica y de manera magistral el encargo de dirigir el trabajo.


“Encabezar el grupo multidisciplinario encargado de redactar (en el apretado plazo de cuatro meses) un libro de apuntes sobre una provincia que nacería con el nombre de Artemisa, conformada por municipios entonces pertenecientes a Pinar del Río y La Habana , fue una designación, no solo sorpresiva, sino también agradable y retadora.
“La labor fue intensa y en mi opinión cumplió con creces las expectativas, para lo cual el apoyo de las autoridades partidistas y gubernamentales del futuro territorio provincial, hecho realidad en enero de 2011, resultó vital. Guardo en mi memoria la experiencia como una de esas que llegan a manera de relámpago y se consolidan con el tesón del entusiasmo y la entrega profesional de un magnífico colectivo de trabajo”.
La comisión la integraron los historiadores municipales, directores de Cultura y de la red de museos, una metodóloga del Centro Provincial de Casas de Cultura, el presidente provincial de la Unión de Historiadores de Cuba, profesores universitarios, así como especialistas del Instituto Cubano de Antropología, de la Sociedad Espeleológica y de Planificación Física. Sus trabajos iniciaron el 10 de septiembre del 2010 y se extendieron hasta la entrega el 7 de enero de 2011 del libro Artemisa. Apuntes de una provincia, presentado por el sello editorial Unicornio en la Feria del Libro de 2017.
Sobre su trabajo, refiere Danilo Felipe Díaz Rodríguez: “El haber integrado la Comisión de Identidad, fue para mí, a la sazón, director de Cultura en San Cristóbal, una interesante y útil experiencia. Provenía de la pequeña porción pinareña que asimilaba la nueva Artemisa, minoritaria por la cantidad de municipios que aportaba. Me dio la posibilidad de contribuir con información sobre el espacio en que me desempeñaba y conocer mucho más del resto de la provincia y de la riqueza de su cultura, historia y tradiciones”.
“En lo personal, el conocimiento adquirido fue de mucha utilidad en el desempeño de posteriores responsabilidades en el sector y, sobre todo, en el modesto trabajo que, desde la literatura, hemos venido desarrollando en favor del conocimiento de la historia y la cultura artemiseña”.
Es grato recordar la empatía y profesionalidad con que enfrentaron la misión quienes, al menos política y administrativamente, estaban dejando de ser pinareños y habaneros para convertirse en artemiseños.
Gracias a las propuestas atinadas, el debate respetuoso, la ausencia de regionalismo, el sentido común, la comprensión entre quienes trabajaron juntos viéndose incluso por primera vez, fue posible que entre tantas alternativas se aprobara como símbolo de la provincia el Cubo de la Victoria que corona el Mausoleo a los Mártires de Artemisa y a Ciro Redondo García como Patriota Insigne. Destacar que es el único de su categoría en el país que no pertenece al período de guerras por la independencia de Cuba en el siglo XIX.
Más que en esfuerzos y obligaciones, las sesiones de la Comisión de Identidad que precedió la creación de la provincia, se convirtieron en ejercicios primarios de fraternidad y coherencia entre las dos regiones históricas que la componen: Ariguanabo y una parte de Vueltabajo. Su funcionamiento fue el anticipo de una provincia bien concebida, organizada y exitosa.
Según Zoila Caridad García Quesada, integrante del Secretariado de la Unión de Historiadores de Cuba en la provincia: “La labor desplegada por la Comisión, viabilizó los escollos y desafíos que afrontaríamos los artemiseños como parte del complejo proceso de sedimentación de la identidad. Acertadas herramientas metodológicas surgieron durante las sesiones de un grupo interdisciplinario, donde se armonizaron saberes y experiencias en beneficio del afán común de perpetuar la memoria y avizorar el futuro de una nueva provincia”.
De aquellas jornadas fundacionales quedan gratos recuerdos en la memoria de Oscar y Danilo, pero sobre todo queda un libro de imprescindible lectura para quienes habitan esta tierra que escribe a diario su historia a golpe de sudor y entrega de sus habitantes



