La maternidad entraña, para muchas, uno de los períodos de transformación más grande experimentados por la mujer. Perder rutinas que antes le eran comunes, ahora se sustituye por el biberón de la alegría de la casa y eso, más que un acto obligatorio, es un suceso innato por el lazo formado antes de nacer con el bebé.
Quizás, casi nunca por eso hay discusiones entre quién solicitará la licencia para cuidar del recién nacido y automáticamente esa labor se le adhiere a la madre.
No obstante, muchas veces son demasiadas las preocupaciones asumidas por las familias cuando culmina el período de la licencia de maternidad y la madre trabajadora debe reincorporarse al trabajo. ¿Qué hacer si no le otorgaron el círculo?
Matrículas insuficientes
Isabel Alonso González, jefa del departamento Primera Infancia en la Dirección Provincial de Educación (DPE), explicó a el artemiseño que las capacidades instaladas entre los 43 círculos infantiles y los seis jardines (locales de acogida para niños de primero o segundo año de vida) son 5 363 en todo el territorio.
“El curso anterior, 2022-2023, se abrieron siete nuevos salones paralelos, los cuales permitieron ampliar 180 capacidades y aliviar el número de solicitudes pendientes. Este curso inauguramos tres salones más, con 90 cupos. En nuestros círculos hemos utilizado todos los espacios en función de aumentar las matrículas; sin embargo, no logramos satisfacer la demanda”.
En ese sentido, Marlenis Machín Sánchez, metodóloga de la Primera Infancia a cargo de la asignación de matrículas en igual departamento, informó que al cierre de julio, luego del otorgamiento masivo, quedaron pendientes 834 solicitudes.
“Pasar algunas aulas de sexto año de vida (preescolar) para centros educacionales de la Enseñanza Primaria ha facilitado utilizar esos salones para los primeros años de vida. También la salida de algunos niños de los círculos, pues sus padres eligen vivir en otro país, ha permitido dar respuesta a un buen número de solicitudes. Aun así, casi a diario tenemos nuevos intereses de personas que ya sus pequeños rebasan el año de vida.
“La capacidad está dada por los metros cuadrados y la asistencia educativa. En general, la provincia ha mantenido una admisión de 120 por ciento (%), es decir: hay más niños de lo que realmente deberían; lo normado es tener hasta cuatro niños por cada educadora infantil, y existen instituciones en las cuales podemos tener hasta seis pequeños”.
Lo anterior refleja un problema real de espacio utilizado para este sector educacional que, según Alonso González, “no tiene prevista ninguna inversión de construir nuevos círculos infantiles o ampliar las áreas de los ya edificados”.
Entonces, ¿qué opciones quedan a las mujeres si la mayoría de los pequeños se incorporan al círculo luego de cumplir los 18 meses o directamente en tercer año de vida?
Casitas infantiles… sin peros
Salud Pública y Educación son los sectores que mayor cantidad de solicitudes acumulan en espera del otorgamiento del círculo. Entre ambos reúnen el 25 % del total de interesados. A pesar de ello, no tienen todavía su casita infantil. Yanelis Amador Borrego, directora provincial de Salud Pública, dijo a este medio de prensa que: “abrirán una en la Facultad de Ciencias Médicas, pero aún está en proyecto”.
“La Resolución 58 de 2021, del Ministerio de Educación, dispone la creación de casitas infantiles en centros laborales para aliviar el problema de la incorporación al trabajo luego de la maternidad y la garantía del aprendizaje sano desde la primera infancia. Sin embargo, nuestra provincia se ha quedado un poco atrás en su creación”, comentó Alonso González.
Solo la Empresa Eléctrica de Artemisa y la escuela de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, sita en Caimito, han acogido la idea de sumar a sus centros esta “variante de atención educativa, en la modalidad institucional de la primera infancia, donde se presta servicios a los niños, hijos de las madres, padres o tutores, en entidades que, a partir de sus condiciones económicas y materiales, puedan destinar fondos para su apertura, mantenimiento y garantizar su sostenibilidad”, según explica el Segundo Resuelvo de la normativa.
“En septiembre la Agricultura ya reabrió la suya, pues luego de inaugurada en marzo de este año, un problema de presión de agua impidió recibir por varios meses a los 18 infantes destinados a llenar el Salón Pequeños Agricultores. También con problemas está el Salón Pequeños Morteritos, de la Fábrica de Cemento. Y el Gobierno Provincial proyecta un espacio que responderá a 72 solicitudes”, agregó Alonso González.
Mientras, organizaciones de masas provinciales como la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), instan a la apertura de nuevas casitas infantiles en aras de buscar respuesta a tantas solicitudes que pasan de un año a otro.
Nadia María Toca Hernández, secretaria general de la CTC en Artemisa, refirió que “cada organismo debe sentir la necesidad de contar con su Casita Infantil, y proyectarla en el plan de inversión para que los menores puedan tener un local digno”.
Por su parte, Nancy Wong Martínez, secretaria general de la FMC en la provincia, expuso, en entrevista con este medio, que “pese a no haber hecho el estudio de la cantidad de mujeres actualmente de licencia sin sueldo por este motivo y no permitirse una casa de cuidados; sabemos que no son pocas las que quedan en una situación vulnerable tras ser esta su única opción. Por eso insistimos siempre en las casitas infantiles”.
¿La realidad? Hoy no parecen muchos sumarse a la motivación de la Empresa Eléctrica y la escuela de las FAR

Asuntos pendientes…
Artemisa es el municipio de mayor cantidad de solicitudes pendientes. Lógico, durante 2021 ocurrieron 832 nacimientos, según refleja el Anuario Estadístico Provincial de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información(Onei), en su edición de 2022. Esto coincide con que el mayor número de nuevos ingresos se observan en el tercer año de vida o en sus salones paralelos que acogen a los mayores de 18 meses.
El Doctor Karel M. Arévalo Herrera, jefe del Programa Materno Infantil (Pami) en Artemisa, dijo que en el primer semestre de 2022, tuvieron lugar 2060 nacimientos en toda la provincia, y en el municipio cabecera 364, aproximadamente esa misma cifra de mujeres debieron culminar ya su licencia de maternidad.
Mientras, Lislie Gainza, al frente de la Dirección de Trabajo y Seguridad Social en la provincia, luego de un estudio con sus especialistas -hecho a petición de esta periodista- (al que solo le aportaron datos seis municipios de la provincia, pues no es un dato que investiguen con habitualidad) determinó que este 2023, “al menos 213 féminas pidieron licencia no retribuida luego de terminar la licencia de maternidad por no tener asignación de matrícula en círculos infantiles en los municipios Guanajay, Mariel, Bauta, San Antonio de los Baños, San Cristóbal y Artemisa, en este último solo se analizaron cinco instituciones, pues no completaron el estudio”.
Yaneyxis Valdés Colas, miembro del secretariado provincial de la FMC, expresó que: “en una situación más crítica están las madres de tres niños o más, pues pese a cualquier gestión iniciada por la FMC, no está en las manos de la organización darles una respuesta concreta; y eso finalmente tributa en una mujer que no se puede incorporar a trabajar”.
Llevar al bebé a una de las 207 casas de cuidado, reconocidas por Educación y Salud Pública en la provincia, implica un costo elevado para la economía familiar.
En una encuesta realizada en el canal de Telegram de este semanario, el 50% refirió las casas de cuidado como una opción; el 33% marcó la opción Solicitar Licencia sin sueldo, y el resto ser cuidado por quien quede en casa.
No obstante, el 54% indicó que pese a no poder, no les quedaba otro remedio que pagar el monto convenido con la casa de cuidados; mientras el 21% reveló no cobrar lo que cuesta ese servicio. En tanto, el 75% prefirió la educación en Círculos Infantiles sobre las casas de cuidado.
Sin dudas, son escasas las alternativas, sobre todo, porque ponen en la balanza una y otra vez la posibilidad de volver a quedar embarazada.
Pensar a futuro
Según datos del Anuario Estadístico de la Onei, en su edición de 2023, para el 2025 Cuba tendrá al 25% de su población con más de 60 años.
Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro de Cuba, en el décimo período ordinario de sesiones de la novena legislatura de la Asamblea Nacional, reconoció que: “el país no logra desde hace más de 30 años la tasa de reemplazo poblacional, que es de dos hijos por cada mujer”.
En un informe presentado al concluir el año 2021, por Diego Enrique González Galbán, director general del Centro de Estudios de Población y Desarrollo (Cepde) de la Onei, esclarece que, en ese entonces, solo se cumplía el reemplazo en 1,45 de 2,1 hijos por mujer que sería lo ideal.
Entonces, la limitación de capacidades de otorgamiento en los círculos infantiles estatales no se traduce solo en un tiempo más de espera para la mujer, además en un problema poblacional. Claro está, este no es el único factor que influye en la dinámica demográfica, otros relacionados con la economía también tienen buen peso en ese tema.
Muchas féminas entienden que, luego de la maternidad, quedan en una situación vulnerable al no poder reincorporarse al trabajo y al pendiente de un cupo para su bebé; y revertir este pensamiento solo es posible con la adopción de alternativas palpables.
Sin nuevas inversiones desde el sistema educacional, toca impulsar la creación de casitas infantiles como un incentivo a motivar la fecundidad segura con regreso al oficio, de lo contrario cada vez el camino al necesario reemplazo poblacional se volverá más espinoso.