Apelar al buen arte como defensa de la Patria es la opción más acertada para enaltecer las raíces, no de un territorio, sino de todo un país. De ahí que como parte de las festividades por la Jornada de la Cultura Cubana, se fusione lo mejor de la danza artemiseña con la compañía Danza Libre, reconocida como la madre del Movimiento Danzario Profesional Guantanamero.
“En un evento anterior celebrado en Guantánamo tuve la suerte de verlos danzar. Ahí me cautivó la excelente interpretación del grupo. Por eso hicimos lo posible para traerles su arte hasta Artemisa, con el apoyo de las autoridades territoriales de ambas provincias”, dijo Jonnie Martínez, director de la compañía NC Dance.
Por la parte artemiseña, NC Dance hizo que el florclor y la contemporaneidad se dieran la mano para entre saltos, bailes y complicidad lograr una y otra vez el aplauso y la emoción del público con sus puestas en escena Raza, Sencillamente… Yo y Soul.
Con 33 años de experiencia y el legado magistral de Elfriede Malher y Alfredo Velázquez Carcassés, la compañía Danza Libre imprime un sello característico a sus obras, trabajando sus líneas estéticas, para una mayor imbricación de estilos, géneros y técnicas musicales y danzarias.
“Venir a Artemisa nos llega de orgullo, pues hemos querido asistir a otras provincia y se han frustrado las ganas por los problemas que marcan la cotidianidad del país. Esta ciudad tiene mucho potencial artístico. Al llegar habían unos b-boys bailando en el parque, ya eso dice mucho de las ganas de hacer arte que tienen los de acá”, dijo Elio Oreste Reina Figueredo, bailarín y actual director de Danza Libre.
Con un exquisito diseño de luces, sonidos y brillantes coreografías, los visitantes presentaron tres obras: Disorder, Los hijos de Bernarda y Resiliencia, esta última estrenada durante 2023 y que muestra cómo un matrimonio asume el duelo tras la muerte de un hijo.
El Cine Juárez se vistió de gala con estas presentaciones, pues ambas compañías regalaron un espectáculo de lujo no solo a los espectadores, sino para la cultura cubana. Ellos danzaron en nombre de Cuba y demostraron que, de Guantánamo a Artemisa, basta bailar para transpolar culturas.



