La organización que agrupa la joven vanguardia artística cubana, cumplió 37 años llena de buenos sabores y muchos retos. Más allá de impulsar la producción artística de las nuevas generaciones, la Asociación Hermanos Saíz es el reflejo de un tiempo que se dibuja difícil sin el buen cariño del arte.
Continuadora de las tradiciones culturales de esta isla caribeña, la primera actividad para conmemorar la fundación fue ir hasta la tabaquería Carlos Rodríguez Careaga y dejar allí unos acordes desde la guitarra de José Sisto López, director y cantante del grupo Kolao.
Además, el movimiento de los b-boys regaló su arte callejero en el bulevar artemiseño. No faltó el encuentro cercano entre los jóvenes creadores para evaluar qué más hacer por la cultura y los artistas jóvenes.
Como premisa, la AHS debe ofrecerles un escenario a artistas noveles, a quienes las ganas de hacer arte no le suponen un inventivo monetario, sino el anhelo de hacer arte en cualquiera de sus manifestaciones y para ellos crean diversos espacios, peñas y festivales durante todo el año.
Raymel Quiñones Arozarena, presidente de la AHS en la provincia, refirió que uno de los principales retos de la organización es terminar la Casa del Joven Creador. “Además debemos fortalecer nuestra membresía en Literatura y Artes visuales, dos áreas que tenemos débiles ahora. Sin embrago, debemos destacar la buena salud de la parte musical, pues cuatro agrupaciones asociadas ya lograron profesionalizarse”.
El cierre de la jornada lo hicieron en la Casa de la Música Artemisa, a cargo de Amygo, Hay que estar claros, Tiempos de Sí y Kolao, agrupaciones insignias ya del catálago de la AHS.