Más valorado en Cuba por la sombra que ofrece que por sus propios frutos, el almendro es un árbol frondoso muy común en parques, escuelas y otros sitios de uso colectivo. Hoy ahondaremos en las propiedades de la semilla, la parte comestible de su fruto que comúnmente vemos en el suelo y hasta despreciamos sin sospechar su valor energético y para la salud.
Las almendras son fuente de calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, zinc, cobre, manganeso y selenio. Aportan también vitamina B1, B2, B3, B5, B6, B9, colina caroteno, vitaminas E y A.
Un puñado de aproximadamente 28 gramos (g) contiene 3.5 g de fibra, 6 g de proteína y 14 g de grasas, de las cuales 9 g son monoinsaturadas. Además, aporta 37% de la dosis recomendada diaria de vitamina E.
Su consumo reduce el colesterol y el riesgo de cáncer de mama. Además, es fuente de magnesio, un mineral involucrado en la regulación del azúcar en sangre. Previene la hipertensión, mejora el sistema inmune y las funciones cerebrales.
La almendra destaca además por su uso en la repostería, como ingrediente básico de turrones, tartas, helados dulces. También se utiliza como aperitivo, asada o frita.