Lanzar un juego sin permitir jits ni carreras es una hazaña. Pero lo de Nolan Ryan parece increíble, pues lo logró siete veces. Su dominio sobre los temibles bateadores de Grandes Ligas se agranda al computar 13 desafíos de apenas un sencillo, 18 de solo dos y 30 de tres, ¡siempre en juegos completos de nueve o más entradas lanzadas!
Por si no bastara, le rompieron 18 no hitters de la séptima entrada en adelante: tres en esa, 11 en la octava y cuatro en la del cierre.
Desde luego, silenciar equipos completos requería de un control exquisito para colocar sus lanzamientos.
En su debut en las Mayores, el 11 de septiembre de 1966, abrió con ponche a Pat Jarvis, de los Bravos, el primer bateador que enfrentaba. Vestía la franela de los Mets. Entonces, Greg Myers tenía cinco meses de nacido; el 17 de septiembre de 1993 recibió el último “chocolate” de Ryan.
Cuentan que siete jugadores a quienes ponchó, tuvieron hijos que llegaron a la Gran Carpa y también abanicaron o quedaron con la carabina al hombro frente a él, incluidos Sandy Alomar y sus dos hijos, los Bonds y los Griffey.
El pelotero de más temporadas en la historia de la Major League Baseball (MLB), con 27, dejó una marca de 5 714 ponches. El llamado Expreso de Texas rebasó los 300 en seis temporadas, y los 200 en 15 oportunidades. Pichó 215 encuentros de 10 o más. Tuvo cuatro pleitos de 19 ponches, uno de 18, tres de 17, ocho de 16 y diez de 15. Los repartió incluso a 80 bateadores con las bases llenas.
En 1973, con los Angels, lanzó sus primeros dos juegos sin jit ni carrera, ganó 21 y rompió el récord de Sandy Koufax, gracias a 383 ponches en una temporada.
La siguiente campaña ponchó a más de 300 rivales (367) por tercer año consecutivo, y sumó su tercer no hit no run. En 1975 adicionó el cuarto e igualó a Koufax.
Los Astros de Houston le dieron, en 1980, el primer sueldo en la historia de un millón de dólares por temporada. Ya en 1988, un Ryan de 41 años y el récord en ponches de todos los tiempos, firmó con los Rangers de Texas.
Fue asombroso cómo un probable documental de homenaje y despedida, por su sexto no hitter (en 1990), a la edad de 43 años, quedó obsoleto en mayo de 1991, cuando protagonizó uno más, a los 44: ese día, todos los que se pararon en home se llevaron al menos un “chocolate” de recuerdo.
Poco antes, el 31 de julio, había conseguido su éxito 300, a base de rectas de 96 millas.
Se retiró en 1993 con 324 victorias, 3.19 de efectividad y el porcentaje histórico más bajo de jits por cada nueve entradas (6.6). En 1999 ingresó al Salón de la Fama, y es el quinto más votado hasta hoy (98.8%).
