Está Gollo convencido
de que no existe otro ser
que supere a la mujer
en su huella o su latido.
La mujer nos ha nutrido
de valor, de sentimiento,
nos aclara el pensamiento,
nos refugia nos defiende…
Pero el guajiro no entiende
qué es el empoderamiento.
Se fue al parque a investigar
la tendencia proclamada
y no le ha gustado nada
lo que logró constatar.
Vio a unas mujeres gritar,
a otras sin pudor ni pena
decir una frase obscena
y después de tanto ver
cuestiona si ese poder
hace a la mujer más plena.
Se le aprieta a Gollo el pecho
porque cree el campesino
que no está lo femenino
peleado con el derecho.
Piensa que el baile se ha hecho
parte de la confusión.
Dice, con mucha razón,
que antes eran personales
las posturas ancestrales
del arte del reggaeton.
Para Gollo la figura
femenina es la belleza.
Es amor, delicadeza,
inteligencia y ternura.
Sin renunciar a su hechura
ya tiene un poder mayor
que es dar vida, dar amor.
Gollo lo resume así:
Que me empoderen a mi.
La mujer ya es superior.