Alguna que otra lágrima corrió en la Casa de la Música de Artemisa cuando un niño con necesidades educativas especiales, bailó junto a Palmiro, el títere gigante protagonista del espectáculo Fantasía, de la Compañía de Teatro Los Cuenteros. El salón Un montón de estrellas iluminó el firmamento de los niños que acudieron a la función, entre ellos alumnos de la escuela especial Enrique Hart, de Artemisa.
Pocas palabras son tan grandes como para describir la complicidad entre titiriteros y público, cuando se trata de la Compañía Los Cuenteros, que este año arriba a su 24 aniversario.
Y aunque estos actores están acostumbrados al cariño sincero del público artemiseño, la jornada del sábado fue especial, porque los niños «especiales», se abalanzaron sobre el muñeco y llegaron los asombros ante la majestuosidad de Palmiro, primer títere de su tipo en Cuba y en Latinoamérica.
Llegaron también los besos, los abrazos y las risas. Llegaron los deseos de bailar y de buscar desde la Fantasía, el sombrero de yarey.
Las manos de quienes acostumbran a calzar títeres, está vez se entrelazaron con las de niños y padres. Se sintió entonces esa satisfacción que únicamente emana del teatro. El trío perfecto actor-títere-público, logró cambiar el color de la mañana, tal vez el color del día y de los corazones de los que allí, gracias al teatro, olvidaron las piedras del camino.


