Mujer cubana, mambisa,
rebelde, actriz, guerrillera,
¿con qué flor de primavera
perfumaron tu sonrisa?
¿Qué mano oculta en la brisa
te hizo abstracto monumento,
para que desde tu aliento
cientos de alondras volaran
y por las noches bajaran
estrellas del firmamento?
El vientre de la mujer
es el que a cada segundo,
permite que pueda el mundo
su equilibrio mantener.
Es un humano taller
donde la única herramienta,
es el amor con que cuenta
acumulado en el pecho,
ganado por el derecho
maternal que representa.
La mujer es una flor,
extremadamente bella,
nadie logra como ella
purificar el amor.
Un eterno surtidor
de agua fresca y cristalina,
una abeja que adivina
los secretos de la piel,
cuando repartiendo miel
por el alma nos camina.
Renito Fuentes Cintado (UNEAC)