Quiso el destino que un hijo adoptivo de Guanajay naciera un 26 de julio, pero 24 años antes de que esa fecha marcara una página gloriosa de la historia de esta Patria.
A Pastor Valente Hernández Rojas, lo trae hasta estas páginas un combatiente que enaltece su fidelidad a los compañeros de lucha, pues “el compromiso con la historia es contarla», nos convoca, «y las actuales generaciones deben conocer del esfuerzo de quienes hicieron posible el triunfo de la Revolución Cubana”, insiste Roger Corrales Montano, al traernos de su puño y letra parte de la vida de este Huésped Ilustre de Guanajay.
Natural de Cabaiguán, del barrio Pedro Barba, en la antigua provincia de Las Villas, ahora Sancti Spíritus, vivía en una zona pobre, de tierras poco productivas, con sembrados de caña, tabaco y destinadas a la ganadería, donde pudo ir solo un año a la escuela: aprendió a leer y a escribir en la casa con su madre.
A los 14 años vino a vivir a La Habana con una hermana. Trabajó como mozo de limpieza, mensajero de farmacia, bodeguero, jardinero y hasta boxeador.
Muy joven se incorporó a la lucha clandestina en la ciudad capital, con participación en acciones de sabotaje, atentados y otras misiones que lo condujeron a interrogatorios brutales y torturas atroces.
En los primeros meses de 1957 participó oficialmente al Movimiento 26 de Julio (M-26-7), antes había cumplido misiones como cooperante o por iniciativa propia.
A estos lares llegó por decisión del M-26-7, para proteger su integridad. Por su capacidad fue Jefe de Acción en el territorio que comprendía los municipios de Guanajay, Mariel, Bahía Honda, Candelaria, San Cristóbal y Artemisa, pertenecientes entonces a Pinar del Río.
Por aquel tiempo fue Jefe de la Guerrilla para actuar en El Jobo, loma La Gobernadora, Zayas, Guanajay, El Esperón. Le ascendieron a teniente, y asumió el apoyo a Camilo Cienfuegos para llevar la invasión hasta Pinar del Río.
Al triunfar la Revolución desempeñó diversas tareas en las FAR. Lo ascendieron al grado de coronel, y fue fundador del PCC.
En enero de 1959 lo designaron jefe del cuartel de Artemisa, donde al mediodía del día 17 recibió a Fidel y a la Caravana de la Libertad. También intercambió muchas veces en el cuartel con el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, y tuvo como subordinados, entre otros, a dos artemiseños moncadistas: Severino Rosell González (Vero) y Ricardo Máximo Santana Martínez.
En Artemisa, contrajo matrimonio en 1960 con Olivia Margarita Rodríguez Cobo; con la cual tuvo dos hijos: Vilma y Augusto César.
Al originarse la Crisis de Octubre en 1962, fungía como jefe de Operaciones en la división de Guane; luego fue promovido a jefe de la división de Bahía Honda y ascendido poco a poco desde primer teniente, hasta coronel.
En 1982, en la República de Guinea, fue designado Jefe de los Especialistas Militares Cubanos, hasta julio de 1985, y al regresar pasó al servicio militar de la reserva, con la disposición de seguir sirviendo a la Patria.
Al terminar su vida laboral se dedicó a cumplir con sus tareas como militante del Partido, integrante de los CDR y participó en la creación de la Asociación de Combatientes en Guanajay, siendo electo como miembro de su dirección provincial, primero en La Habana y luego en Artemisa.
Murió el 21 de junio del 2019, para dejarnos el resumen de una vida a seguir multiplicando, para no olvidar jamás.
