Gollo con las vacaciones
tiene el pulso acelerado
porque nota que han cambiado
mucho las motivaciones.
Escucha a los muchachones
hablar de cigarro y ron,
de sexo, de reguetón…
¿Será que el calentamiento
global está tan violento
que hace daño a la razón?
¿Será que no hay más opciones?
Gollo fue a la librería
y descubrió que tenía
excelentes ediciones.
Pidió a Cultura razones,
a la Egrem, a Educación
y con gran admiración
se enteró de las propuestas,
encuentros, peñas y fiestas
en un amplio diapasón.
A su recuerdo se asoma
cuando era un feliz vejigo,
bajando con un amigo
en yagua por una loma.
Ahora ve a muchos en coma
pegados al celular.
Gollo ha llegado a pensar
que por la tecnología
los jóvenes de hoy en día
no se saben recrear.
Propone más rumba, son,
deportes, juegos de mesa,
menos ron, menos cerveza
y hasta menos reguetón.
Hay que poner corazón,
con estrategias mejores,
para que en los estertores,
los jóvenes de hoy no vean
su página escrita y lean:
No apta para menores.