El entretenimiento es tan necesario para el ser humano como la instrucción y la educación. Cuando dichas cuestiones se vinculan, el crecimiento espiritual de la persona resulta considerable.
En ese sentido, las instituciones culturales existentes a lo largo y ancho de nuestra provincia pueden y deben desempeñar un rol trascendental. Precisamente en julio y agosto, meses de veraneo por excelencia en Cuba, esos espacios pueden convertirse en centros que propicien una recreación sana y, sobre todo, inteligente, culta; sin dejar de ser divertida.
La sala expositora Murciélago, de San Cristóbal, ya emprendió ese camino. Precisamente el 21 de junio, fecha del Solsticio de Verano que marca el inicio de esa estación del año para nuestro hemisferio, quedó inaugurada allí la muestra Mi yo interno, del instructor de arte Yordanis Hernández.
Una especie de bienvenida a la etapa estival, constituye la exposición del sancristobalense, donde emerge una vegetación exuberante, con esplendor colorido; vientos huracanados; guitarras; motivos propios de la zona tropical.
“La pincelada suelta y transparente de Servando Cabrera y el abigarramiento de Portocarrero, pudieran ser algunas de las gratas influencias en estas pinturas que, sin dudas, nos hacen disfrutar el recorrido visual y a la vez refrescan las altas temperaturas con palmas, peces y ciclones”, ha dicho la historiadora del arte Margarita Milián Salaberri.
Yordanis -también cantautor- había participado antes en exposiciones colectivas; ahora, debuta con una muestra personal de 16 piezas, todas en soporte de cartulina. En ellas transita de minuciosos paisajes hasta obras abstractas.
“Maneja las técnicas y los géneros tradicionales del lenguaje plástico; pero aquí, está mostrando su alma y desarrolla un estilo más personal, que pone a bailar sus palmas y la naturaleza estalla en un mar de colores sobre mariposas y flores de un barroquismo desbordante”, expresó Juan Santos, pintor de la localidad e instructor de artes plásticas en la Casa de Cultura municipal, a propósito de la inauguración.
Durante un mes podrán acercarse los interesados en descubrir Mi yo interno en la sala ubicada en la arteria principal de la localidad, a escasos metros del parque central. ¿Su horario? De lunes a viernes, de 8:00 a 12:00 de la mañana y de 1:00 a 4:00 de la tarde; los sábados solo en la sesión matutina. Pero la institución pretende abrir mucho más sus puertas.
“Aunque nuestro objetivo fundamental, es promover el talento local mediante la exposición y comercialización de piezas de artes plásticas o artesanía, en el verano queremos desarrollar actividades vinculadas con otras manifestaciones como la música, la literatura, con el propósito de atraer más público y recuperar el lugar significativo que antaño ocupábamos en la vida cultural de San Cristóbal”, confiesa Zoiladys Cordero Melo, su especialista principal.
Entre las iniciativas, destacan las ventas con producciones de artesanos locales, en el portal de la institución. Ese es un predio que, bien utilizado, puede convertirse en trampolín para atraer al público al interior de la sala e incentivarlo en la apreciación de las artes plásticas.
Incluso, proyectan extenderse más allá de su sede, mediante actividades de promoción cultural en barrios en transformación como La Conchita, La Inesita y El Vaquerito.
Mucho puede hacerse en los municipios para propiciar la recreación sana, culta, inteligente, que no tiene porqué ser aburrida o exclusiva de personas encumbradas. En Cuba, hace más de 60 años la cultura dejó de ser privilegio de minorías para convertirse en derecho del pueblo. Aprovechemos mejor la conquista: mostremos a la gente, sobre todo a los jóvenes, que es posible el disfrute, más allá del reguetón, los videojuegos y la banalidad predominante en redes sociales.
