Iván y Roger tienen más en común que un vínculo familiar: a su relación tío-sobrino, no sustentada en lazos consanguíneos, la amalgama una vocación que los catapultó recientemente a la cima del tradicional concurso de música Cheo Páez, celebrado anualmente en San Cristóbal.
“Mi papá y él son muy amigos, hasta se llaman igual. Cuando me vio cantar siendo yo un niño, dijo que interpretaría sus canciones. Y empecé a aprenderlas. Tienen unas letras preciosas y siempre me ha gustado como las canta”, manifiesta Roger Alejandro Rubiel Santos.
El joven sancristobalense de 19 años interpretó Otro sueño más, compuesta por Iván Santiago Espinosa Martínez, participante habitual de un certamen que este año llegó a su trigésima edición.
“Mi estreno en el evento fue en 1998, cuando obtuve el tercer lugar con un tema que compuse e interpreté, llamado ¿Por qué? En años posteriores también merecí premios, defendía obras propias y de otros sancristobalenses”, cuenta Iván.

Aunque ambos carecen de formación académica como músicos, o artística en sentido general, poseen gran vocación por la música desde muy temprana edad.
“De niño un amigo me enseñó a tocar guitarra, recuerdo que me presentaba en actividades culturales en el municipio. Luego aprendí el tres de manera empírica. Tenía más o menos la edad de Roger cuando empecé a componer. Pertenecí a varios grupos, entre ellos al Trío Bolero, de la localidad, una agrupación profesional en la cual cantaba y tocaba el tres; teníamos un repertorio propio.
“Más tarde integré el septeto Feeling Son, como vocalista y tresero, a veces también hacía de trovador. Durante 15 años mostramos nuestro talento, tuvimos diversas evaluaciones incluso a nivel nacional, y aunque reconocían nuestras condiciones para ser profesionales, nunca nos dieron la categoría.
“En la primera edición del Concurso de Composición e Interpretación de Música Popular Cubana Polo Montañez, efectuado en Candelaria, alcancé el tercer lugar como intérprete con la obra de un colega, dedicada al Guajiro Natural. Me gustó mucho hacerlo porque Polo fue mi amigo, era mi homenaje a él”.
Iván siempre ha defendido sus composiciones en los certámenes, mas esta vez permitió que Roger diera voz a Otro sueño más.
“Es mi sobrino, me pidió cantarla en el evento y lo apoyé. Hay que darle oportunidad a los nuevos talentos; es un muchacho con perspectivas, tiene melodía, y lo primero, deseos de hacer”.
Roger agradece la posibilidad. “Siempre me gustó mucho ese tema, desde la primera vez que el compositor me la cantó. Me identifico bastante con su letra: habla de amor, de un hombre que en un sueño le regala a la mujer poesía, y eso me llegó, porque también escribo canciones y las regalo.
“La había cantado en varias ocasiones, por eso no me hizo falta tanta preparación. Solo hubo un cambio en el arreglo para el concurso, porque el director artístico la concibió más como balada canción, y yo la interpretaba antes como bachata. Esta vez resultó un poco más romántica, más lenta”.
Tanto Roger como Iván reconocen la importancia del evento Cheo Páez como espacio para la promoción del talento de los aficionados a la música en el municipio, así como para recordar una personalidad que tanto contribuyó en ese empeño.
Ambos aspiran repetir su participación. “A lo mejor para 2024 tengo otro tema y lo interpreta él mismo o cantamos juntos…”, augura Iván, quien apoya al joven que, como él, toca la guitarra y sueña con dedicarse por entero a la música.
“Desde que terminé el noveno grado, comencé a relacionarme con el Conjunto Artístico Integral de Montaña de la provincia. Me he presentado con los muchachos en diferentes lugares y quisiera cumplir el servicio militar como parte del grupo. Es la posibilidad de hacer lo que me apasiona.
“Interpreto todos los géneros, hasta el flamenco, que me encanta. Me gusta mucho la música cubana, al estilo Polo Montañez, interpreto casi todos sus temas. También disfruto la popular bailable, aunque soy más romántico”.
Mientras, a Iván, ni los desatinos que algunos decisores pudieron cometer ciertas veces, han podido arrancar su afición. “A cada rato cojo la guitarra y hago mi descarguita. Ojalá tener la oportunidad de componer y dedicarme a la música por entero, para mí sería lo mejor, porque esa es la vida mía”.
En efecto, Roger e Iván tienen muchísimo en común. Ellos constituyen dos talentos que, sin dudas, pueden alcanzar muchos sueños más.