Sus seguidores de esta temporada no les van a reprochar a los Cazadores los dos reveses contra Cienfuegos. Los muchachos de Yulieski González han generado una confianza tal en la afición… como esa que les promueve su mánager. Y no es en vano: están aferrados a la cima.
Fueron capaces de sacudirse el polvo del sótano, hilvanar una racha de ocho victorias y tomar por asalto el trono de la 62 Serie Nacional. Vencieron a Villa Clara por tres triunfos a dos. Lograron una barrida histórica, con 64 carreras en cinco desafíos contra Industriales, incluidos un nocaut, dos supernocauts y un juego perfecto. Y superaron también a Cienfuegos 3-2.
No sé en qué lugar se ubicarán al concluir la Serie; pero están peleando como para ceñirse la corona. Muchos dirán que resta demasiado campeonato, pero ellos no quieren perder ni un juego. Remontan marcadores y batean como endemoniados. Se dejan el alma en el terreno. Defienden como si cada lance fuera el último.
Veo a una Artemisa crecida, que no cree en rivales ni en remontadas imposibles. Veo a Yunieski y Geonel consagrarse y al resto del staff presto a madurar a su lado. Veo a Dayán contagiar de amor a la camiseta a sus compañeros. Veo maderos encendidos como el de Osmel Solano, líder de los bateadores, con average de .435. Veo ilusión y ganas, coraje y muchísima garra.
Se premian a sí mismos al jugar pelota con esa determinación. Si el año pasado el suceso deportivo en la provincia fue el fútbol, esta vez será el béisbol. Apuesto a que hoy el estadio nuestro se desborda.