¿Cuál es el origen del maltrato en la atención a la población? ¿Hay algún secreto especial o es algo empírico, con lo que se nace? Pudiera citar copiosos ejemplos, de diversas fuentes, y omitir los casos particulares… pero, ¿no estaría así contribuyendo a ignorar y dejar pasar lo que intento denunciar aquí?
Hablo en primera persona de lo que en diversísimas ocasiones he escuchado en voz de amigos, conocidos, colegas y familiares. Dejando fuera el redundante hecho de enfrentarme a una cola serpenteante donde el sentido ordinal numérico pierde cabida…, se trata del obtuso, impertinente y vulgar tratamiento desde las oficinas de “atención” hacia los mortales, seres comunes atados a un necesario trámite.
La desmesurada grosería se jacta en el Registro Civil de Caimito donde -salvo algunas excepciones- prima el barato y ridículo trato a las personas. Allí los rostros de las otrora “servidoras” se trastocan en mueca, para complementar la chocante y tísica verborrea… como diría el enigmático dramaturgo, Samuel Beckett: “Siempre me ha sorprendido la escasa finura de mis contemporáneos…”
Puedo hacer, seguro, la salvedad de Máxora y Martica, quienes saben bien de la importancia y obligatoriedad en el buen trato junto a un rostro sereno.
Es un hecho que todos pecamos de humanos, y que a veces supera la pasión a la cordura. Pero el entrenamiento es una cosa y la educación es otra distinta. Yo todavía tendré que lidiar con Medusas, Polifemos o centenas de megacolas gracias a la herencia colonial de los burós, mas, procuraré como todos, resolver mi problema, pues quien ahí llega es porque la necesidad le llama.
Sin embargo, ¿no existe ni ha sido creada otra manera en nuestra era digital? Desde hace unos años se pensó en las vastas oportunidades y facilidades que traería la estrategia informática a instituciones como Justicia por la polución de individuos, por el número y complejidad de los trámites, además de la prontitud y la demanda.
¿Qué ocurrió entonces con la avanzada y útil informatización? ¿Es otra táctica fallida? ¿Es funcional, práctico y provechoso el mecanismo actual? Son preguntas que aún busco despejar luego de haber hecho mi solicitud en línea.
A través del código QR disponible en la página web del Ministerio de Justicia, http://www.minjus.gob.cu, en la sección Servicios en Línea, y posteriormente en Registro del Estado Civil, se puede solicitar certificaciones (nacimiento, matrimonio, defunción), antecedentes penales, actos de última voluntad o declaratoria de herederos. Una vez en el sitio, recibe un formulario de solicitud para llenar y luego número de caso y PIN con los que consultará el estado de su trámite.
Dicho sea de paso, la moderna gestión tomaría un moderado lapso para su resolución, la solicitud la hice el 10 de febrero, y tras dos meses de espera y el correo en mi bandeja de entrada, logré completar mi trámite. ¡Bien que se modernicen los mecanismos de este tipo, todavía resta optimizar a las operarias! Y más aun, hacer entender a los servidores públicos, la necesidad del buen trato para quienes todavía no pueden hacer los trámites por vías digitales.