-Papá, ven, ¡hay gorras! Cómprame una.
-Vamos a ver Claudio. Son de Industriales, igual que la bandera y las fotos. No hay de Los Cazadores.
-No, no importa, yo le puedo ir a Industriales.
-Tú eres cazador, y eso se respeta.
-Sí, lo respeto papá, pero… no tengo gorra.
Justo en ese parlamento dejé de escuchar al chico de cuatro años, artemiseño de nacimiento, que orientaba su identidad, tal vez sin saberlo, tras la búsqueda de símbolos. Imaginemos cómo fijar el actual gentilicio, después de haber sido también pinareñosy habaneros, si existe una paradoja existencial capaz de separarnos del deber-ser. ¡Falta más que voluntad!
Por esos simples detalles —para algunos desapercibidos— pasa la identidad provincial, que a poco más de 12 años de creada Artemisa, aún tiene muchas cuentas pendientes, y es triste concientizar cuánto las postergamos, si los responsables de hoy no asumimos con acciones,parte de esas deudas.
Nadie duda que un himno, una bandera y un escudo nos distinguen del mundo entero, pero también el béisbol ocupa un lugar cimero, y es una bofetada a la identidad de Artemisa, de los artemiseños, de nuestros Cazadores…ver cómo expenden souvenir de otros equipos y con momentos de glorias de sus peloteros, a precios muy económicos (7.50 cup la foto). ¿Y los nuestros?
Alguien osará pensar en presupuestos, estrategias, carencias… Es cierto, las limitaciones están a la vuelta de la esquina; sin embargo, ¿serán excepciones las entidades que desfilan unos minutos el Primero de Mayo con cientos de banderas, pulóveres de este o aquel color y gorras con su insignia. ¿Hay o no? No siempre adolecemos de recursos: hay penurias más subjetivas.
Y pudiera cuestionar cuánto destina el Inder en esta lid, que, no define el desempeño del equipo, pero sí influye como su cada vez más inhóspito estadio 26 de Julio y las condiciones para entrenar, entre otras tantas fisuras.
Sin embargo, más allá del organismo rector del deporte, la identidad compete a muchos. ¿No habrá manera de gestionar, como otros tantos, un Proyecto de Desarrollo Local con la misión y visión dereforzar lo que somos y debemos ser? ¿Cuánto se pondera el aporte de los aficionados al béisbol en nuestras escuelas, incluso en la meramente deportiva y las categorías pequeñas de esta disciplina?
¿El Fondo Cubano de Bienes Culturales, el nuestro, dejó a un lado su ingenio para mirar al deporte como cultura?
Hay identidad personal y a la vez colectiva, y pueden entrar en conflicto en un mismo sitio. No obstante, gustos, necesidades, prioridades y acciones moldean semejanzas y diferencias para distinguirnos, y el contexto aporta. ¿Qué hacemos para y por la identidad con los Cazadores?
¿Acaso no se percibe cuántas oportunidades se nos escapan al no acompañarlos con símbolos y marcas?A esta respuesta no le hacen falta los criterios de su actuar en el terreno. Nadie dude que después de horas de Sol y entrenamiento, días lejos de caricias, abrazos de la madre, besos de los hijosy el bullicio del barrio, salen a darlo todo, lo cual también hacen los contrarios. Aman lo que hacen y también el triunfo. Nadie es perdedor nato.
Aunque la afición divida en ovaciones nuestro estadio, ¿no habrá capacidad para reconocer cuánto daño le sigue haciendo a una joven provincia el no impulsar el amor por lo que somos tras unir a 11 municipios?
¿No merecerá Yulieski González Ledesma, en Alquízar, que su estatura distinga una de las vallas a la entrada, en la cual no siempre se dice algo, aunque se diga?
¿Qué más debe esperar Dayán García Ortega, para ser Hijo Ilustre de San Antonio de los Baños, si a «palo» limpio, ha puesto el nombre de Los Cazadores en el tercer turno de la alineación de Cuba? ¿Por qué no distinguir, hasta con una tarja en su hogar de Guanajay, a José Ángel García, líder de por vida en juegos salvados de la pelota cubana?
Solo tres ejemplos, más allá de gorras, jarras, tazas, bates, pelotas, pulóveres, camisas, pegatinas, lapiceros, almanaques, y otros tantos detalles, todos posibles con un poco de pensamiento, que nos conviden a mirar a nuestros peloteros, y concentrar en ellos un pedacito de la identidad provincial.
Quién sabe si gracias al actuar de los decisores, Claudio, el pequeño de cuatro años,un día no tan lejano, pueda lucir emblemas de cazador artemiseño, sin que una gorra de Industriales lo ponga en tres y dos.