Las ideas nobles siempre encuentran eco entre la gente de bien. Zoe Arzuaga Cumbá entendió muy pronto que en casa tenía artículos necesarios para los damnificados del incendio en Matanzas y no dudó en comentarle a una amiga.
“¿Y si hacemos una donación entre las dos?”, le propuso a Indira Moreno Pérez, quien aceptó y a su vez sugirió sumar a otros a la causa.
“Creamos un grupo en WhatsApp y empezamos a pensar qué nombre ponerle. Por fin decidimos bautizarlo como Amor por Matanzas y agregamos personas de Artemisa, mi familia en Mariel, Quiebrahacha, Guanajay, entre otros pueblos”.
Al principio no sabía con exactitud la manera de organizar el donativo, “hasta que encontré en redes sociales el número telefónico del presidente de la FEU de la Universidad.
“Le pregunté por la cantidad de niños y adultos evacuados, cuyos datos facilitamos al grupo. Primero pensamos en reunir objetos destinados a los niños, pero varios amigos nos hablaban de su disposición de colaborar, aunque no tuvieran hijos.
“Siempre dejamos claro que no interesaba el valor económico de la donación, sino el amor con el cual la hicieran”, una motivación infalible para quienes hicieron llegar ropa, alimentos, calzado y aseo personal hasta la casa de Indira.
Los niños Lazarito, Estefany y Luis Manuel tampoco perdieron la oportunidad de enviar juguetes y dibujos para los pequeños yumurinos, lo cual fue acogido con sumo cariño en la Atenas de Cuba.
La Dirección de Transporte Estatal del Gobierno Provincial garantizó a Zoe e Indira la entrega de su valiosa carga de humanidad en nombre de todos los corazones que laten al ritmo de Matanzas.
“Me gusta sentirme útil, compartir lo poco o mucho, satisfacer a los demás y ayudarlos, porque el futuro es incierto y nunca sabemos lo que va a suceder mañana”, comenta Zoe.
Además de su infinita sensibilidad y altruismo, se confiesa inspirada en el legado del Comandante en Jefe, cuando afirmaba que ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad.
“¿Heroísmo?; ninguno”, afirma esta mujer graduada de física-electrónica, quien impartió Matemática y Física, fue metodóloga de la enseñanza técnica-profesional y directora del politécnico José Manuel Castiñeiras en Mariel.
Entre los beneficiados en la Ciudad de los Puentes se encuentra un bebé de 12 días de nacido, junto a su hermanita de dos años.
Imposible definir cuánto representa cada gesto hermoso del alma en medio de la catástrofe. Gracias a los que nos permiten soñar un mundo mejor y lo materializan, pues estoy segura que los 600 miembros de Amor por Matanzas seguirán movilizando lo mejor de cada uno por la sonrisa de sus hermanos.