A rescatar los microcentros de abono orgánico, impulsar la producción de semillas, intercalar y asociar cultivos para lograr una mayor diversificación instó Elizabeth Peña Turruellas, directora nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, durante un recorrido por diferentes unidades de organopónicos del territorio.
En la UBPC Rigoberto Corcho, con experiencia en estos sistemas de cultivo, la directiva constató los avances en la restauración de las guarderas de los canteros y recomendó activar las plantas repelentes y las trampas de colores para disminuir los daños por plagas.
“Queremos muchas Rebecas en Artemisa”, refirió la también doctora en Ciencias Agropecuarias al comprobar el nuevo semblante del Organopónico Centro, ubicado en la cabecera provincial, muestra de la receptividad frente a los señalamientos de la visita anterior.
Ahora bajo el liderazgo de Rebeca Chirino Andarsio, desde hace dos meses, la unidad muestra resultados favorables al exhibir cinco variedades de lechuga, zanahoria, cebollino…
Allí Peñas Turruellas se interesó por el salario de los tres trabajadores y resaltó la importancia de ubicar a quienes labran la tierra en el centro de la gestión productiva.
La Finca Agroecológica La Bugambilia, de la CCS Jesús Menéndez, es ejemplo de cuánto le aporta la sabiduría popular a la producción de alimentos en Cuba, por lo que mereció la condición de Excelencia Nacional que otorga el Programa de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar.


«Tenemos que impulsar y desarrollar más fincas agroecológicas como está que dirige el productor Alexander Quesada, un lugar sostenible económica y ambientalmente» señaló Peña Turruellas.
Fueron reconocidas además la finca La Elena, del módulo de AZCUBA y la del productor Mario Cordero, de la CCS Rigoberto Corcho.
En Artemisa, en el 91 recorrido del grupo nacional de la Agricultura Urbana Suburbana y Familiar, se visitaron 68 organopónicos, todos evaluados de bien.