Las paredes, algunas ampolladas, aún desprenden ese olor característico de cuando una braza es apagada por un chorro de agua. Pero, en su interior, una brigada contratada se encarga de liberar los escombros que cubren los cubículos.
En la Escogida de San Antonio de los Baños las labores no han cesado, desde el fatídico día cuando se redujo a cenizas el local de beneficio de las hojas de tabaco que salen de las vegas de la Empresa Lázaro Peña.
Darelis Báez, la directora adjunta, sabe que las labores deben ir poco a poco. Así lo dictaminó la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas (ENIA), que puso freno al entusiasmo del colectivo, deseoso por devolver la vitalidad a la locación.
Báez coincide con la ENIA en que lo mejor es precaver; de ahí que hayan contratado una brigada de seis hombres, con los medios de protección necesarios y el conocimiento requerido para las faenas que allí se ejecutan.
En 24 horas, habían sacado camiones de escombros del edificio. Sin dejar de mover las manos y a través de una ventana, los obreros a cargo manifestaban la imposibilidad de entrar, pues las paredes están muy afectadas y “hay que evitar tragedias”, apunta el jefe de brigada.
La Empresa de Acopio y Beneficio Lázaro Peña, en plena campaña tabacalera, mantiene en labores agrícolas a los más de 100 trabajadores que conforman la plantilla de la escogida. Y mientras los días pasan, la entidad hace los convenios pertinentes, en busca de un local, preferiblemente en San Antonio, para el proceso de beneficio, cuando en abril haya concluido la recolección, ensarte y curado de la hoja.
El tabaco es uno de los principales rubros económicos del territorio, y las vegas de la Lázaro Peña, con el beneficio de sus escogidas, garantizan casi el 50% de toda la capa exportable de Cuba.