¿Quién no ha escuchado el nombre de Enrique Jorrín Oleaga, cuando se habla de música y baile? El oriundo de Candelaria resalta entre las grandes figuras de la cultura artemiseña. Nació el 25 de diciembre de 1926, y se le conoce como creador del Chachachá.
A los 11 años ya integraba una agrupación musical, cantó y creó su primer danzón: Hilda. Con tan solo 12, escribió la parte del violín de un clásico de la música cubana, Osiris, que aún integra el catálogo de la orquesta Enrique Jorrín, fundada por él en 1954.
Fue director, violinista, orquestador y maestro. Unas 300 obras componen su repertorio, entre chachachá, rumba, sones, danzones… Algunas reconocidas son La engañadora, Nada para ti, Me muero, El túnel y El alardoso.
Aunque falleció en 1987, su sonrisa, elegancia y carisma están presentes en nuestra cultura. Su legado permanece en los escenarios.
Por DAIRIS BRITO y YAILÍN A. CHACÓN