Soñar es construir un paraíso por el que andar a tus anchas, como hace el arquitecto artemiseño Jorge Veliz Quintana. En cada proyecto sueña una realidad posible para cualquier sitio del mundo, donde la naturaleza o la ciudad acojan una arquitectura como la de este muchacho.
Amante de la perfección en sus trazos, dejó volar la imaginación durante la pandemia de COVID-19, y el universo le atrajo sorpresas que no esperaba.
“Me gradué en 2010 en la Universidad Tecnológica de la Habana José Antonio Echeverría (CUJAE), comencé en labores a pie de obra. Después pasé a Planificación Física y, desde hace unos años, me incorporé a la Empresa de Proyectos de Artemisa, donde actualmente trabajo, aunque durante la pandemia he actuado mucho como freelance.
“He trabajado en remodelaciones y rehabilitaciones en la provincia, pero ¿mi sello? El parque de las banderas que está afuera del estadio 26 de Julio lleva mi firma, también el diseño del restaurante privado La Covachita.
“Lamentablemente, muchos diseños varían en el momento de la construcción, casi nunca para mejorar el proyecto”.
Tus diseños son vanguardistas. ¿Crees que ese tipo de estructuras son posibles en Cuba
“La mayoría de mis diseños están conectados con la naturaleza, una alternativa que puede ser muy utilizada en Cuba. Sin embargo, no he recibido interés de empresa alguna para desarrollarla, aunque bien pudieran constituir un proyecto económico, rentable y sustentable.

“Para los arquitectos es muy duro que gran parte de los hoteles construidos aquí sean proyectos importados por las cadenas hoteleras responsables de la obra, cuando también nos haría ilusión pertenecer a esos equipos”.
También tus diseños suelen estar más imbricados con la naturaleza que con la ciudad. ¿Te atrapa algo especial en esos ambientes?
“La mayoría de las personas viven hacinadas, en lugares con tráfico y ruido de ciudad. Mi idea fue sacar la mente a pasear, cerca de un río, del mar, en una colina o una ladera, sitios que generan sensaciones de paz y disfrute. Prefiero llevar la arquitectura hacia allí, y aprovechar los recursos de esa área a favor del diseño.
“Hay proyectos que van a donde regeneras la naturaleza con la arquitectura; por eso es importante ir a beber de ella”.
¿Cómo surge la idea de postear tus diseños?
“El mundo cambió: las galerías parecen quedar en el pasado. En el futuro una obra construida tendrá tanto impacto como un proyecto expuesto en el espacio virtual. Así que aposté por publicar cuantos trabajos iba haciendo. De ese modo, personas de todas partes pueden disfrutar tu trabajo.
“Por suerte, la crítica especializada y varias revistas han acogido mis diseños, y he logrado un impacto inesperado”.
Una de esas alegrías fueron las cinco nominaciones a los Golden Trezzini Awards, donde fuiste finalista entre más de mil arquitectos.
“Jamás lo soñé: es un honor. Me regocija ser reconocido por este trabajo, salido del pequeño espacio que ocupa mi cuarto de tres metros de largo por tres de ancho.
“Me ha consternado que quienes me escriben piensan que tengo mi propio estudio de arquitectura, con muchas personas trabajando para mí y una situación económica de ensueño. Nada más lejos de esa realidad”.
¿Hay proyectos tuyos ejecutándose en algún lugar del mundo
“He colaborado con varios arquitectos en proyectos seleccionados para remodelar o construir fachadas, interiores… y participado en concursos por invitación, los cuales he tenido la dicha de ganar.
“En Portugal están haciendo Casa Origami. República Dominicana también me abrió las puertas: allí tengo la construcción de una clínica y la remodelación de unas casas en Punta Cana. Se suman algunos proyectos en Libia, en Tulum (México), Indonesia y Japón”.
¿Le falta arte y sello a la arquitectura de hoy en Cuba?
“Hay un vacío en esta disciplina en los años ’90 y 2000, un tiempo que corrió y no se marcó una etapa. Y ni siquiera es por falta de talento, sino por la escasa iniciativa constructiva arraigada en el país; de ahí que la mayoría de los proyectos se centren en remodelaciones.
“Los arquitectos cubanos están ávidos de crear. Conocemos las limitaciones, pero muchas veces nos sentimos con las manos atadas. ¿Puede un músico tocar sin partitura? No, la partitura hay que estudiarla para comprenderla. Lo mismo sucede con la arquitectura
“Tampoco un albañil debería trabajar sin un plano. Sin embargo, está autorizado el trabajo por cuenta propia para los albañiles; los arquitectos no tuvimos esa suerte. Tal como existen cooperativas o Mipymes, nos gustaría eliminaran la regulación que nos prohíbe formar parte del trabajo no estatal aprobado en la clasificación nacional de la actividad económica.
“Es solo una cuestión de libertad de creación y respeto a nuestro trabajo. Y, cuando se inaugure un sitio, invitar al arquitecto para que explique cómo lo soñó y esbozó”.
Más de 100 000 seguidores en Instagram y publicaciones en varios sitios del mundo que hablan de tus proyectos. ¿Llegaste a la meta de tu carrera, o quedan pendientes?
“Los seguidores vinieron con el trabajo continuo y la consistencia, como las publicaciones, que abrieron camino a nominaciones y otras alegrías. Mi meta era llegar a 10 000, cifra notable para un arquitecto cubano, pero el trabajo gustó, y el impacto de las publicaciones y de quienes las compartían hizo crecer mi perfil.
“Pendientes siempre quedan, sobre todo porque me gustaría ver construir alguno de los proyectos aquí”.
¿Te gustaría impartir clases donde te graduaste?
“Tendría que perfilar mi metodología, porque recuerdo la excelencia de mis profesores de la Facultad. Me hablaron para una conferencia; debido a la COVID-19, no se concretó.
“Mientras, participo de manera online en conferencias que me solicitan de universidades mexicanas y de Perú, para que hable de mis proyectos o de un tema en específico. Pero, desde luego, me encantaría estar en esas aulas de una manera diferente”.
A Veliz le sobran ganas de comerse el mundo. Cada buena noticia le supone más deseos de diseñar espacios en su computadora que luego vean la luz en cualquier sitio del planeta. Quizás abra un canal de YouTube, porque sus seguidores se lo piden. Sigue soñando con que el arte y la arquitectura florezcan juntos.