El candidato vacunal Mambisa, desarrollado en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba, es uno de los que componen la aún reducida nómina de administración nasal en estudios clínicos a nivel mundial. Y, como se ha informado, es pionera de su tipo basada en la plataforma de antígenos producidos de forma recombinante.
Semanas atrás iniciaron en Artemisa los procesos de captación de pacientes convalecientes con PCR confirmado y sin vacunar, quienes contribuirán a evaluar su efecto y seguridad de manera voluntaria.
La investigación tiene lugar en el hospital Hermanos Ameijeiras de la capital cubana, donde en julio fueron atendidas personas del mismo grupo, convocadas para la Fase I, según reseña Prensa Latina.
“A lo largo de los últimos dos años Cuba ha desarrollado estudios de validación de nuestras vacunas y candidatos vacunales. Eso repercute en la reducción de los casos, tal cual se evidencia en la actual etapa: aumenta la protección inmunológica y disminuye la incidencia del virus en la población”, explicó la Doctora Eiglys Argudín Somonte, subdirectora de higiene y epidemiología en la provincia.
“Para este ensayo clínico fase II los sujetos deben tener de 18 años en adelante, ser convalecientes de COVID-19 mínimo de un mes y medio, con la confirmación de la prueba de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), además de residir en cualquiera de nuestros municipios.
“Los interesados harán saber la disposición de participar en las direcciones de sus Áreas de Salud (policlínicos). Allí recibirán toda la información pertinente, incluso intercambiarán con los principales desarrolladores del candidato vacunal. Guanajay, Caimito y Alquízar van a la avanzada en este sentido, y ya se trabaja en Artemisa y Güira de Melena”, explicó la especialista.
Garantizar una respuesta a largo plazo, y una selección de los clones de las células de memoria, permitirán un elevado nivel de producción de anticuerpos en el organismo humano.
Unida a esta, otras investigaciones buscarán períodos de duración de la respuesta inmune, definir los grupos con riesgo de exposición para administrar las dosis, y cómo ponerlas. Indudablemente, a eso contribuyen voluntarios artemiseños de quienes tendremos la primicia para contar sus experiencias en estas páginas.