La naturaleza brinda al ser humano lo necesario para vivir. Es deber de nuestra especie entonces preservar cuanto nos da, para los nuestros y las futuras generaciones. Si por siglos hemos dañado ecosistemas y agotado valiosas reservas, hoy se impone la coexistencia armónica, pues en salvar el planeta nos va la vida.
Dentro de ese empeño por curar las heridas medioambientales se inscribe el proyecto internacional Un enfoque paisajístico para conservar ecosistemas montañosos amenazados, más conocido como Conectando Paisajes y que en el caso de Artemisa se desarrolla en la porción de territorio que ocupa la cordillera de Guaniguanico, un paisaje compartido con Pinar del Río.
Mucho se ha hecho en esta zona conectando, más que los paisajes, a los seres humanos que allí viven. Al Citma, ente coordinador de cuantos esfuerzos realizan allí, se han unido actores económicos y sociales que buscan devolverle a ese ecosistema todo su esplendor.
La participación del sector productivo es clave. Nayelis Ortega Rodríguez, especialista de Educación Ambiental en la dirección provincial del Citma, señala que a las empresas enclavadas allí, como la procesadora y despulpadora de café, y la silvícola, se suman propietarios de fincas que poco a poco han mutado a la agroecología como la mejor forma de producir sin dañar la tierra y la salud propia.

Fincas como La Caléndula, de Eloísa Bocout Vigil, dedicada al cultivo de plantas medicinales, o Los Mateos (forestal) son referentes en el cuidado del medio ambiente con producciones logradas a base del uso de medios biológicos para el control de plagas y el tratamiento de los suelos.
En casi una decena de fincas se registra el impacto directo de este proyecto que aporta capacitación sobre buenas prácticas pero también recursos para producir y mejorar la calidad de vida de los campesinos de la zona.
Lelieth Feyobe, Coordinadora provincial del proyecto Conectando Paisajes, señala que este aporte es posible gracias a los presupuestos que destina al efecto el Fondo para el Medio Ambiente Global a través de la agencia implementadora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Educar hoy… para salvar el mañana
Un aparte especial dentro del proyecto lo tiene la educación ambiental. Círculos de interés y talleres en las escuelas y en la comunidad, capacitación a los finqueros, concursos, charlas educativas y acciones de conservación en el terreno con la participación de todos, son parte de la estrategia del proyecto, precisó Nayelis Ortega.
Aunque la COVID-19 ha obligado a disminuir las actividades, cada fecha medioambiental es propicia para realizar acciones de saneamiento que incluyen a niños y niñas.
Trascendental resulta también el establecimiento de Fincas Escuela con Enfoque de Paisaje, una condición que tiene actualmente la finca La Caléndula, referente de buenas prácticas en armonía con la naturaleza y desde donde se extiende capacitación a los pobladores de la zona sobre el valor y manejo de especies nativas y conservación de los suelos.
Su propietaria, Eloísa Bocourt Vigil, una mujer enamorada de la tierra, recuerda sus inicios en 2013, cuando asesorada por la Estación Ecológica Sierra del Rosario, comenzó a dar los primeros pasos en la agroecología, por un camino que luego se encargaría de ensanchar el proyecto.

“Yo entonces no entendía mucho de conservación de suelos y buenas prácticas agrícolas, pero Conectando Paisajes me ha enseñado mucho el valor no solo de las plantas, también de los animales, las piedras, todo lo que me rodea.
“Hemos ampliado los conocimientos con talleres nacionales e internacionales y creado una gran familia que incluye a la comunidad con el Hotel Soroa. Y recibimos apoyo no solo material sino también sentimental, pues los líderes del proyecto nos ha acompañado en cada momento por más difícil que ha sido.
“La vida nos ha cambiado, vemos resultados. Yo antes cargaba el agua y ahora dispongo de mangueras, tanques, y eso ha mejorado mi salud, mi estado de ánimo. Ahora tengo chapeadoras, incluso recibí el colchón y la almohada donde me repongo del cansancio del día. Y qué decir de las mejoras constructivas de mi casa, con el apoyo de todos por aquí ya casi estoy al cumplir ese sueño, asegura Eloísa con esa bondad característica de la mujer rural.
Conexiones necesarias
No solo paisajes conecta este programa. Entre quienes coexisten en este espacio también se han creado lazos de trabajo que se traducen hoy en cambios del paisaje.
La Loma Mogote Soroa, con categoría de Elemento Natural Destacado gracias a la intervención de Conectando Paisajes, experimenta un reverdecer luego de que se le encargara al Hotel Horizontes Soroa su administración.
Yuselis Flores González, jefa de recreación, animación y áreas protegidas de la instalación que pondera el turismo de naturaleza, asegura que el proyecto amplía las posibilidades de ofrecer a los clientes esparcimiento sano, con una cartera posible de servicios en el propio mogote cuyo aspecto ha cambiado gracias a la intervención de los trabajadores del hotel.
“Con medios proporcionados por el Citma reparamos el vial de acceso al mogote, muy deteriorado, y está en proyecto la creación de un centro de visitas donde los clientes puedan acceder a actividades recreativas asociadas con la naturaleza y a conferencias especializadas. A la par hemos recibido capacitación y colaborado con la limpieza del río y en el monitoreo de especies endémicas y exóticas”.
Juan Carlos Sierra, especialista principal de la Estación Ecológica Sierra del Rosario, vinculada al proyecto, establece como vital dentro de este el establecimiento del Corredor Biológico Sierra del Rosario Mil Cumbres que conecta a ambas áreas protegidas mediante actividades sostenibles en el paisaje, con tal de permitir el flujo de especies en el espacio y el tiempo.
Con el monitoreo del anolis barbatus o lagarto de río como especie bandera y el seguimiento a otras especies, este corredor busca extender la protección de la biodiversidad más allá de las áreas privilegiadas que conecta y aunque la etapa de enfrentamiento a la pandemia no ha permitido hacer todo lo deseado, se han realizado acciones de concientización en las comunidades rurales.

Se trata de que muestren cómo es hoy su comunidad y cómo aspiran que sea; sobre esa base se trazan acciones para cambiar el medio ambiente, asegura Nayelis Ortega.
Poco a poco cambia el entorno por esos parajes naturales. Las conexiones de este proyecto ya rinden frutos y queda demostrado una vez más que la armonía entre hombre y naturaleza es posible.