¿Cómo perdurar entre aislamiento, dolor y contagios cada vez más agresivos? Quizás la Empresa Provincial de Alojamiento y Recreación de Artemisa halló la respuesta, al ser útil a la comunidad donde están sus unidades, con ofertas económicas de comida para llevar.
“Desde enero hasta el cierre de julio hemos vendido por valor de más de seis millones de pesos”, asegura Yeimis López Pérez, directora adjunta de la entidad, y destaca a Los Caballitos, Los Laureles y la Casona del Lincoln, en el municipio cabecera.
“El cocinero de esta última recoge a diario los pedidos de los vecinos. Además, cabe señalar el rol del círculo social Cayo La Rosa, en Bauta, donde elaboraban la comida para pacientes aislados.
“De nuestra procesadora sale la mayor parte de esos alimentos: croquetas, hamburguesas, jamón, costillas y huesos ahumados”, que también han comercializado en las localidades.
López Pérez precisó que permanecen abiertas todas las unidades, excepto las piscinas públicas, el motel Punta de Piedra (Bahía Honda), para casos confirmados dos, y Villa Victoria (Bauta), destinada a la cuarentena del personal sanitario. “Mantenemos propuestas gastronómicas en varios puntos. Durante el verano liberamos al personal que atiende las casas de alojamiento, y optamos por entregarlas a familias completas”.
De ese modo, 42 familias han podido disfrutar de las viviendas en Herradura y El Martillo (Mariel), así como El Ganadero (Caimito), con un módulo de alimentos. La directiva señala que no sucede lo mismo en los hoteles, al 50% de su capacidad. En ambos casos puede reservarse mediante el +53 52155119.
Durante este duro período, “se repararon mesetas deterioradas, entre ellas las del Campoamor y Los Caballitos; se trasladó y remodeló el restaurante de Villa Victoria, y habilitamos un baño interior en la casa El Martillo, al tiempo que se han pintado y embellecido las instalaciones”.
López Pérez agregó que tramitan por estos días la entrega a Campismo de La Arboleda (Candelaria), y de los complejos El Recreo (Alquízar) y Las Tecas (San Cristóbal) a las empresas agropecuarias municipales, al no poder asumir su restauración.
