Surgió en 1969 con el propósito de proveer, desde la investigación, la base científico-técnica a los sistemas productivos de granos sobre variedades de arroz, frijoles, maíz, soya, sorgo, ajonjolí, vignas, maní y garbanzo, teniendo en cuenta las necesidades de los productores del sistema estatal, cooperativo y campesino.
El Instituto de Investigaciones de Granos (IIG) tiene una rica historia de resultados introducidos a la práctica productiva, como variedades, tecnologías y la colaboración internacional con países e instituciones científicas.
Así sucedió en 2003, al iniciar el Proyecto de Colaboración Cuba-Vietnam para la producción de arroz, con un efecto notable en el desarrollo del cultivo en la provincia.
Laboratorio Vietnam
Este es un moderno laboratorio que se construye en el Instituto a partir de la asistencia del país asiático, incluido en un grupo de inversiones que lleva a cabo el territorio artemiseño desde 2019, para desarrollar el sector agropecuario.

Ya concluyó la parte física del inmueble. Según Yudit Pelegrín Martínez, directora del IIG, solo restan detalles del falso techo, además de terminar las redes hidráulicas, hidrosanitarias y eléctricas.
La instalación integra varios laboratorios que asumirán, entre otras áreas, la de fitopatología de los granos y la de análisis fisicoquímicos de los cultivos, investigaciones realizadas hoy en otros laboratorios del centro con tecnología menos moderna.
“Disponemos del equipamiento completo donado por Vietnam y de los especialistas; una vez que comience a funcionar, podemos prestar servicios a otras empresas y laboratorios del país”, asegura.
Otra inversión que asumen es el “teatro aula”, en fase final, cuyo objetivo consiste en contribuir a la capacitación de especialistas, trabajadores de las estaciones y productores extensionistas afiliados al Instituto a lo largo y ancho del país.
Además del laboratorio Vietnam y del teatro, prevén trabajar en la deteriorada cerca perimetral y en el mejoramiento del alumbrado exterior, obras que deben concluirse este año, asevera.
Proyecto de Colaboración
Esta iniciativa contribuye a la producción de semillas y arroz de manera extensiva, a la mejora de los suelos, al extensionismo y al desarrollo hidráulico del sistema arrocero con la transformación de los sistemas de riego, construcción de canales y reconstrucción de viales, asesorados por especialistas vietnamitas.
Luis Enrique Rivero, segundo jefe del proyecto, precisó que arribaron a la quinta etapa, la cual aporta 20 millones de dólares para equipamiento, insumos, gastos administrativos y cursos.
El proyecto incluye todas las empresas de granos del país y, en el caso de la Empresa Agroindustrial de Granos José Martí, con sede en Candelaria, incide en la Unidad Empresarial de Base Corojal, dedicada a producir semilla registrada y a la atención a productores de estas.
“La UEB adquirió tractores de alta y pequeña potencia, trasplantadoras, refinadoras, una cosechadora y este año debe recibir otra combinada arrocera”.
El Proyecto de Colaboración Cuba-Vietnam apoya el desarrollo de la agroindustria arrocera y contribuye a la seguridad alimentaria.
Además, fortalece la base material y la capacidad científico-tecnológica del IIG en aras de investigar, seleccionar y producir variedades de alto potencial de rendimiento agrícola e industrial, resistencia a plagas y enfermedades, nutrición, riego y manejo del agua y extensionismo agrario.