Luego de cuatro años en construcción, una reparación total ascendente a 590 300 pesos, devolvió el esplendor a una edificación, sita en Calle Antonio Maceo, la cual abre sus puertas a las gestantes sancristobalenses, muchas de las cuales hace más de un mes disfrutan ya la remozada sede del Hogar Materno del municipio
“Se anexaron tres oficinas para Administración, Dietista y Jefa de Enfermería, así como una nueva consulta para especialistas, ahora contamos con dos. Asimismo se amplió la cocina, se construyó un parque de recreación, una sala de estar, cubículos y baños nuevos, y el servicio de agua potable es permanente. También tenemos un huerto sembrado con ají, ajo porro y rábano para el consumo”, explica María de los A. Carrillos, jefa de Enfermería.
Además de un inmueble confortable, disponemos de todo el personal necesario para la atención integral al paciente y brindamos una alimentación de calidad y variada, asegura.
“La institución recibe embarazadas de todo el municipio. Desde el comienzo, el índice ocupacional ha estado prácticamente completo. Tenemos espacio para instalar 50 camas, sin embargo solo existen 38 activadas, pues el mobiliario actual está muy sobreexplotado. La escasez de muebles incluye mesas auxiliares, sillas, el menaje para el pantry de las gestantes. Por otro lado, los trabajadores no tenemos prácticamente donde laborar”.
Ricardo Travieso, jefe de la Unidad Administrativa de Salud en San Cristóbal, explica que de los recursos solicitados con suficiente antelación, recibieron dos televisores, 24 ventiladores, una bomba de agua y dos tanques con capacidad para 2 500 litros. “El inversionista de la dirección provincial nos informó que la demanda está hecha al Ministerio, pero no ha tenido respuesta el resto de los solicitado”.
“El mobiliario está muy deteriorado. Empezamos con lo que teníamos pero ha ido disminuyendo, ya tenemos cuatro o cinco camas inservibles. Por lo demás, estamos en mejores condiciones que antes”, añade Joel Sánchez, director municipal de Salud.
Independientemente de esta contrariedad, los trabajadores del Hogar sienten satisfacción con el esfuerzo realizado, reconocen la diferencia en relación con las precarias condiciones de las sedes anteriores y agradecen la terminación de una obra tan necesaria. Mientras confían en que tal situación sea resuelta, redoblan medidas para evitar el contagio por COVID-19 en el centro.