En abril de 2018 el artemiseño publicó un trabajo que explicaba los detalles del vial para unir a Artemisa con la Autopista Nacional. Aspirábamos a que al final de ese año los carros ya pudieran pasar por ahí, pero los presupuestos y la falta de fuerza constructiva frenaron la inversión.
Desde 2012, la empresa Génesis realizó el estudio de factibilidad que incluyó la propuesta de hacer la carretera a la autopista como una vía expedita. Tres años después comenzaron los trabajos: solo avanzaron 1.8 kilómetros de los 7.5 de longitud trazados hasta las seis vías.
El vial a la autopista consta de cuatro carriles: cada uno de 3.5 metros, por lo cual cada senda goza de siete, un separador central de tres, paseos a las orillas de 2.5 y unos 60 metros de faja de emplazamiento.


“El diseño de la estructura de pavimento del vial resulta de una técnica que consiste en poner una capa de mejoramiento como material de levante y para lograr una cota. Luego se crea una sub base, mediante la técnica macadam por penetración para compactar el suelo. Después se aplicará la capa rotatoria por donde pasarían los carros”, explicó Roberto Castrillo, director de Vialidad de la provincia.
El primer kilómetro, marcado desde la rotonda de La Pupila Insomne, tendrá una acera peatonal iluminada con tecnología LED —cada 40 metros—, de manera que urbanísticamente quede concatenada con las proyecciones posteriores para esta área y adquiera un ambiente citadino.

El 2019 fue un período de escaso financiamiento y resultados aún menores, pues poco se avanza en una obra de esta magnitud si el monto económico para un año solo alcanza la ínfima cifra de 300 000 pesos.
Sin embargo, otra realidad desanda los días en el nuevo vial. Tras permanecer como varada en el tiempo, hoy la carretera parece cobrar vida gracias al esfuerzo de hombres que poco le temen al Sol y al empuje y chequeo constante de las autoridades territoriales y nacionales.
De aciertos e intermitencias
“Luego de la visita gubernamental de enero de 2020, la obra recibió un tremendo impulso; no significa que en otro momento no haya sido importante, sino que se asignaron los recursos económicos necesarios para avanzar, con un plan de obras que permite varias acciones”, comentó Castrillo.
“Reanudamos las faenas en febrero. Luego el coronavirus nos limitó. Hace poco más de un mes, regresamos al trabajo diario, y el adelanto es palpable”, tanto que “ya el camino está recibiendo procesos de compactación de las capas en los 7.5 kilómetros.
“Hace un mes entró la brigada Tecnologías Industriales para la Construcción (TICON) —perteneciente al OSDE de Construcción y Montaje de igual ministerio— para hacer la acera del medio. Ya concluyeron los primeros 500 metros y, en los próximos días, tendrán lista la mitad restante”.
El vial de acceso a la autopista lleva un puente en la estación 6.37, que pasa sobre el río Lima, cuyos caudales en tiempos lluviosos son enormes. En nuestra visita de 2018 la propuesta era hacerlo con 54 vigas prefabricadas y 926.61 metros cúbicos de hormigón in situ y prefabricado, además de 168.5 toneladas de acero.

“El puente tendrá tres luces, cuatro ejes, 24 cimientos, 16 cabezales y 54 vigas de 20 metros de largo, 0.40 de ancho y 0.80 de altura. Los cimientos están terminados, hay cinco cabezales fundidos a razón de uno cada dos días, tres ejes ya están dispuestos y el último debe concluirse en las jornadas venideras.
“Las vigas ya no se fundirán acá; serán trasladadas desde Taguasco, desmontadas de un puente inutilizado. Son vigas pretensadas, lo cual permitirá ahorrar tiempo de construcción y recursos”, explicó.
Queda pendiente la intersección con la autopista nacional. “Está proyectado un enlace estilo trompeta. La comisión provincial de seguridad vial aprobó hacerlo a nivel, temporalmente, para dar valor de uso al vial. Pero ya se revisan los proyectos para encauzar esa obra en el plan de inversiones de 2021. Que ese ajuste se haga entonces no interrumpiría ni afectaría el paso de los carros”.
Norberto Noa, de 58 años de edad, es el ejecutor de los primeros cuatro kilómetros del camino a cargo de la Empresa Constructora Integral de Artemisa. Nos lo encontramos chequeando el avance a pie de obra.
“Sin dudas, el impulso de este año ha sido decisivo. Pese al estado técnico y los continuos ponches a falta de buenos neumáticos, casi 40 equipos trabajan de lunes a sábado, solo en nuestras brigadas. Es una obra bonita y el colectivo está motivado, más allá de que el salario a veces no se corresponde con el esfuerzo físico de quienes están dándolo todo encima de sus vehículos”.
La empresa constructora de Pinar del Río asume los 3.5 kilómetros restantes. “Se incorporaron esta semana, y ya casi terminan el tramo del cuarto al quinto kilómetro. Van a buen ritmo”, señaló Castrillo.
Esperanzas y luces

La próxima semana debe comenzar la colocación de la primera capa asfáltica, en los dos kilómetros iniciales de la carretera, para proteger lo hecho hasta el momento. “Según lo concebido en el plan, antes del final de diciembre los 7.5 han de tener la primera de tres capas de asfalto; así las personas podrán circular por ahí”, significó Castrillo.
Este año se destinaron a la inversión 12.5 millones de pesos para financiar la obra del vial, lo cual ha deparado un mayor movimiento y flujo laboral.
“Habilitar una cantera cercana al lugar de las obras ha facilitado el trabajo. Cuando llueve, se aprovecha el tiempo para asentar la macada, y siempre se hace el ensayo de compactación con el Troxler, para certificar la densidad y humedad óptima”, precisó.
Al parecer la luz se ve… y no al final del túnel, sino en el definitivo enlace de la capital provincial con la autopista nacional. Ha tardado unos ocho años desde el proyecto hasta lograr la ejecución definitiva. Incluso ha sido como el vial de la buena pipa o el cuento de nunca acabar, pero ahora sí los encargados afirman que se termina.
No habría mejor forma de celebrar el décimo aniversario de Artemisa que dar a los visitantes la bienvenida a nuestro jardín por el kilómetro 35; por tanto, dependemos del empeño y la voluntad de quienes por estos días dejan la piel sobre la piedra y el polvo, para cumplir ese sueño.
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