La amarga suerte de los bancos
Otra vez volvemos sobre un tema que lacera la convivencia, afecta la imagen de la ciudad, y nos priva del descanso. Me refiero al maltrato a la propiedad social; para ser más preciso, al robo o destrucción de los bancos colocados en avenidas, parques y paradas.
Desde hace tiempo gran parte de la Avenida 28 de Enero o Calle 40, en la capital provincial, carece de muchos de sus bancos de mármol, lo cual ya no es noticia. Lo nuevo radica en que el tramo entre 41 y 45 fue víctima reciente del vandalismo, pues entre las noches del 13 y el 14 de este mes desaparecieron dos bancos, casualmente dispuestos uno al lado del otro.
Lo que llamó mi atención en un principio fue que uno de los bancos estuvo tirado varios días; al parecer, en espera del ladrón. Sin embargo, el pie forzado de este comentario se encuentra en la parada, casi en ruinas, ubicada frente a la Facultad de Ciencias Médicas.
Impactan los bancos destrozados, sobre todo por su efecto en los estudiantes. Se trata de un problema de conciencia, para nada acorde con los principios de la educación cubana. ¿Cómo evaluar el hecho? ¿A quién culpar? Otra imagen amarga la proyecta un banco en el edificio Ocho Plantas, cuyo arreglo y cuidado toca a los vecinos.
Pero sigamos. Los días 11, 12 y 13, en el parque Elpidio Valdés (conocido como Los Caballitos), también en el municipio de Artemisa, se repararon y pintaron 31 bancos de aluminio y madera. El viernes 14 amanecieron algunos sin tablillas y sin los tornillos que las sujetaban.
Estamos en medio del proceso de rendición de cuenta del delegado a sus electores, lo cual deviene oportunidad para debatir sobre la necesidad de cuidar la propiedad social. Quizás también deba analizarse en centros de trabajo y escuelas. Exigencia a quienes corresponde y amor por lo que es nuestro han de entrelazarse ineludiblemente.
Por estos días, la Empresa Provincial de Producciones Alimentarias y Artículos Varios fabrica 195 bancos de aluminio y madera para sustituir aquellos tan bonitos de mármol con que un día se engalanó la Avenida 28 de Enero. ¿Correrán la misma suerte?

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