Hace unos días conversaba con un amigo, de esos con los cuales queremos arreglar el mundo, de lo bondadoso que era mi salario en 2019… Bueno, el de la mayoría.
Mis 1 320 pesos, ahora risorios, eran -a decir de mi esposo- lo que viene siendo un chicle. Con el salario de ambos alcanzaba para, sin apuros, comprar pollo, aceite, salchichas, picadillos y ¡cerdo! Ese salario tenía capacidad de comprar alimentos y aseo.
La cuenta por aquellos días era fácil, bastaba con multiplicar por 25 e ir a la tienda mejor surtida del municipio, a pagar con moneda nacional o en el extinto peso cubano convertible (que solemos extrañar).
Una de las vigas principales de la Tarea Ordenamiento fue la reforma salarial que pretendía arreglar la pirámide invertida en Cuba. Y sí, los salarios subieron… y la inflación vuela como uno de esos globos en que voló Matías Pérez.
Dos años después, un cartón de huevos asciende al monto de 750 pesos cubanos: 25 pesos por cada unidad del plato fuerte más barato que hubo siempre en Cuba… y estamos tan agotados, que hasta se agradece, porque en el mercado informal ronda los 1 300 y hasta 1 500 pesos.
Solo por hablar de alimentos, porque si migramos a otras áreas, igual de importantes, los precios son de infarto. No hace mucho, un joven universitario buscaba una laptop para estudiar y hacer los trabajos escolares, mas su búsqueda llegó a desencanto total al ver que los ordenadores GEDEME, ensamblados en Cuba, tienen un precio de 90 000 pesos cubanos en el bulevar de ENZONA. Un precio imposible para él y sus padres.
La vida está tan cara que el pudor desapareció. Entonces, se escuchan frases como la de Calendario “mejor mesero allá que profesional aquí”. Y no queda más que bajar la cabeza y asentir porque la “pelea” aquí cada vez es más dolorosa para el salario del trabajador, ni hablar de jubilados y personas con sueldos mínimos, “se vive como se puede y no como se quiere…es lo que nos tocó”, dijeron también los sabios de esta teleserie hace unos días.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, al cierre de 2022, el salario medio mensual en Artemisa es de 4 239 pesos cubanos, supera al promedio del país en 20 pesos. Sin embargo, salario y capacidad de compra son términos diferentes: ganar ese sueldo no significa satisfacer necesidades básicas.
El desorden económico de hoy ha puesto a médicos y profesores a conducir bicitaxis, a reinvertarse la vida más allá del título porque refrescos, bebidas alcohólicas, confituras y hasta el papel higiénico ha sido dejado en buenas manos: los comercios privados.
Entonces, no toca maldecir a las Mipymes. Al final, son esos pequeños negocios quienes nos dejan tomar
refresco Ciego Montero, fabricado en Cuba, en pesos cubanos, pero que comercializan en Moneda Libremente Convertible a la que no todos tienen acceso.
Parece pertinente repensar, a quienes compete, cómo mejorar la calidad de vida de quienes trabajan dignamente por un pago estatal, de lo contrario la pirámide estará del revés eternamente y no es esa la realidad añorada.
¿Cómo puede un trabajador pensar en vacaciones cuando el salario inquieta a medio mes? No es posible que el sueldo de un profesional se convierta en calvario y no tranquilidad. Hace unos días, cuando conversaba con ese amigo, hablamos también de su no tan bondadoso sueldo ahora, y de que cambiará su tiza por un timón para poder llevar alimentos a casa.