El viento es el mejor compañero de Orlando Rodríguez Díaz. Orli, como es conocido por los ariguanabenses, padece de una condición especial nombrada discapacidad intelectual moderada. Eso podría derrotar a muchos; para él ha sido combustible en sus ansias de llegar lejos en el deporte.
Siente pasión por el atletismo. Por eso colecciona medallas y trofeos en eventos nacionales e internacionales, aunque las de oro y bronce en las Olimpiadas Especiales de 2015 en Los Ángeles, Estados Unidos, han sido su mayor logro.
Por estos días su trabajo de dar mantenimiento al estadio Julio Pérez está en pausa. Entrena en las pistas de la Eide Julio Díaz. Ganó el derecho a integrar el equipo Cuba a los Juegos Mundiales de Verano,Olimpiadas Especiales, del 11 al 23 de junio en Berlín, Alemania.
Afirma que la preparación, a cargo de Aned Elías Fernández, su entrenador durante diez años en el alto rendimiento, marcha bien. “Estoy incrementando las cargas. Me recupero de una lesión que, por suerte, no fue grave. Competiré en 100 y 200 metros planos, además del relevo 4 x 400.
“Participar en la Olimpiada de 2015 fue maravilloso. Se debería valorar más esos eventos; son especiales porque tenemos discapacidades, pero podemos lograr lo que sea. Y seré el único atleta de Artemisa en ese evento”.
Pasaron ocho desde entonces, y el día 13 cumplió 28 años.
“Físicamente estoy bien, con las mismas ganas de correr y alcanzar buenos resultados; mi abuelita y mi país lo merecen”.
Orli es sin dudas “especial”, en todo el sentido de la palabra. Sueña con ser campeón olímpico, y su convicción y voluntad serán claves para ser el más rápido de todos.