Desde el universo de la radio y el béisbol escribió toda su historia como narrador deportivo y, cuando muchos creían que este medio había lanzado su canto de cisne ante la llegada de la imponente tecnología de la televisión y de Internet más tarde, el nombre de Roberto Pacheco Martínez no dejó de sonar ni por un segundo entre los amantes del deporte de las bolas y los strikes.
Este mismo Roberto que ahora, a los 82 años nos deja para siempre, narró, desde Cuba y el mundo, en infinidad de certámenes, momentos inolvidables del béisbol criollo desde la segunda mitad del siglo XX y de principios del XXI, una buena parte en compañía de quien acabó por convertirse en una leyenda de la narración beisbolera: Bobby Salamanca.
Natural de Guayabal, en Caimito, Hijo Ilustre de este municipio, tuvo a bien retornar a este en infinidad de ocasiones, no solo para compartir durante horas con su madre y su familia, sino también para conversar largamente con aquellos que, sin protocolo de ninguna clase, lo abordaban en plena calle para conversar sobre las luces y sombras del béisbol nacional.
De Pacheco recuerdo, especialmente, el hecho de haberse sumado, desde la cabina de Radio Artemisa, como entusiasta narrador a varios Campeonatos Provinciales, en los cuales los bandos en disputa, a gradas repletas, se batían como si se tratara del más exigente certamen del mundo y Caimito demostraba su estirpe vencedora.
Roberto Pacheco Martínez recibió infinidad de premios y condecoraciones a lo largo de su vida profesional. Pero ninguno de ellos pudo superar el valor del amor de quienes jamás dejaron de seguirlo desde su cabina en Radio Rebelde.