Pinareño de nacimiento, luego habanero, y ahora artemiseño, desde 2011. Nació en Bahía Honda, pero esa ubicación geográfica no le ha impedido defender con fuerza el esplendor de San Antonio de los Baños, la capital cultural de la provincia.
Allí hay mucho que agradecerle a Ricardo Concepción Rodríguez, gobernador de Artemisa: su respaldo a la sustitución de la antigua conductora del Ariguanabo, además de su preocupación constante por la recuperación del Área Protegida Valle del Ariguanabo.
Asimismo, Ricardo sabe el significado de los eventos organizados en San Antonio, tanto que acompaña cada Bienal Internacional de Humorismo, con el buen ánimo de los líderes que consiguen la admiración de sus semejantes, con ejemplo y voluntad.
Desde su graduación como Ingeniero Mecánico en 1989, se han sucedido las responsabilidades en el mundo de la construcción: especialista en Mantenimiento y Talleres, subdirector de producción en el Grupo Empresarial de la Construcción Habana y director de perforación en la provincia.
En estrecho vínculo con el arte de edificar sueños, Ricardo llegó a ser el vicepresidente del Gobierno de la provincia La Habana, para atender Inversiones y Construcción. Y la confianza del pueblo lo llevó a la Asamblea Provincial del Poder Popular, hasta que mereció la condición de director adjunto de la Dirección Integrada de Proyectos Mariel.
En su hoja de vida constan tareas como jefe del subgrupo provincial de Inversiones y Construcción del Consejo de Defensa, la superación en el Colegio de Defensa Nacional y el diplomado en gestión empresarial en la Escuela Superior de Cuadros. También, más allá de nuestras fronteras, Ricardo se ha fortalecido para velar mejor por los intereses de la economía cubana.
Ha dejado su vigor e intransigencia en obras palpables como el Vial de acceso a la Autopista desde el municipio cabecera, la reparación de consultorios médicos, escuelas y espacios públicos en cualquier rincón de nuestra geografía, por lo cual los 11 municipios podrían haberlo nominado al Parlamento y sentir, en esa decisión, la garantía de verse bien representados.