Cuando la voluntad no alcanza… en Alquízar reclaman soluciones

Hace años un mal aqueja a la escuela primaria Forjadores del Futuro, en Alquízar. Varios árboles, aledaños a las aulas, lejos de ser buena sobra que cobija, representan un peligro para la edificación, no solo ante una contingencia climática sino en la cotidianidad del proceso docente educativo, de ahí que haya sido por años planteamiento recurrente de vecinos, delegados, combatientes y de los propios maestros y directivos del centro.

Este curso, la situación se tornó más grave. En el círculo infantil que se ubica frente a la escuela, los vientos de Ian, ni siquiera tan fuertes en esta zona, derribaron una planta similar y causaron estragos, algo que puede repetirse en Forjadores, donde ya la Forestal dejó claro el peligro que significan estos árboles, no solo para las aulas, sino para el trasiego de estudiantes en las áreas alrededor del tronco y bajo las ramas.

Ante esa realidad, y luego de años de reclamos, poco pudo hacer la dirección del centro, salvo reubicar a los alumnos de las aulas de preescolar (las más comprometidas) en los locales de la Biblioteca e Informática; limitar el paso de estudiantes por esa zona y seguir clamando ayuda al gobierno local.

De los padres llegaron reclamos incluso al Gobierno Provincial, pero las promesas de ayuda, incluso luego de que el asunto se llevara al Consejo de Gobierno, se han dilatado en el tiempo con el pretexto de que no existe en la provincia el equipamiento requerido para efectuar una tarea de esa magnitud.

A Forjadores llegamos entonces una tarde de enero, con dos sogas prestadas, un machete, dos motosierras, el apoyo del tractor de una cooperativa, más nuestras manos y el empeño de arrancarle todas las ramas posibles al problema.

Una piedra, algunos bancos y el estrecho camino para el tractor, fueron los primeros tropiezos. Luego vinieron otros: la altura de las ramas y lo difícil de operar. Pero la solidaridad del cubano es inmensa y entonces llegó el auxilio de una escalera de la Empresa Eléctrica y de su propio operario, que más allá de brindarla, fue uno más en la titánica tarea.

Pero a veces la voluntad juega una mala pasa y no alcanza. Llegamos a un punto en el que no podía hacerse nada más y debimos conformarnos con ver en el piso, al menos, las ramas de más peligro, al menos con la satisfacción de haberle arrancado un pedacito al problema.

Con el paso de los días, se han podido borrar también los pocos estragos sobre el techo, gracias también a la solidaridad y el esfuerzo de padres y maestras.

Sobre techo hoy no están las ramas que representaban mayor peligro. Ya los niños regresaron a las aulas donde disfrutan de la comodidad de un baño propio, pero el problema sigue ahí, y quizás un fenómeno meteorológico, de esos que por desgracia llegan durante la temporada ciclónica, podría derribarlos y acabar con la escuela de tantos niños.

Con la frase martiana de que “en prever está todo el arte de salvar” y una petición de sensibilidad y apoyo terminaba este comentario, que se ha visto obligado a crecer tras un hecho reciente.

En la Foto de Hoy de la edición 1 de este año, en esta misma página, se mostraba un árbol similar, sobre un aula similar, en el poblado de Las Cañas, y que desde 2019 era planteamiento recurrente en el lugar. Bastó apenas una semana para que se concentraran allí todas esas fuerzas inexistentes y le devolvieran a niños y maestros la tranquilidad de estar en las aulas.

Aplausos para ese empeño, pero entonces a los que en Alquízar esperamos, e incluso confiamos en que el problema no se resolvía por la falta de equipos, nos queda un gran sinsabor, y mucha desconfianza en las respuestas que se nos dieron. Esperemos que el árbol de la escuela de Las Cañas sea solo el comienzo, y que toda la voluntad puesta en resolver esa Foto de Hoy, se vuelque también en Forjadores, aun sin salir en la misma sección. No es tarea fácil, pero ya se ha demostrado que tampoco es imposible cuando a la voluntad se le unen los equipos y el personal especializado.