Él logró inspirarlos, hacer que todo pareciera fácil… o llevarlos a creerse capaces de lo más difícil. Reinaldo Torres condujo a sus discípulos a ser respetados en cada cancha del país, y convirtió el cuartel general de Grandes Alamedas en su “Teatro de los Sueños”, donde hasta los archifavoritos debían hincar la rodilla.
Los Gladiadores de Artemisa se coronaron campeones de la Liga Nacional de Fútbol. De ese modo, conquistaron el primer título de la historia para nuestra provincia, no solo en el más universal de los deportes.
Pero “Bahía” (como le conocen) evade hablar de sí mismo. Sin falsa modestia, no presume de los muchos años como titular en la primera categoría, sino alude a lo aprendido de los grandes de entonces, de los entrenadores de la selección nacional y ahora de Osmín Hernández, “quien nos asesora. Ese es mi librito: aprender un poco de todos”.
Cuando a Osmín Hernández lo convocaron a la selección nacional, asumió la dirección del equipo. Antes formaba parte del colectivo técnico de entrenadores.
“Lo primero fue la disciplina, un trabajo duro, aunque no imposible. Los muchachos respondieron. Poco a poco fuimos superando contradicciones y encajando. Llegamos a un entendimiento entre los jugadores de peso del equipo y la línea de trabajo del colectivo técnico.
“Cierto, ahora somos campeones, pero estábamos en segundo lugar cuando llegó la covid y la Liga se detuvo. Habíamos perdido contra Villa Clara sin jugar aquel partido: estaban en peores condiciones que nosotros, y eso los benefició; nos dejó en quinto lugar. De todas formas, muestra que este resultado no es una casualidad, sino que viene de antes”.
El corajudo entrenador tenía material para trabajar.
“Nuestra base era la defensiva, con jugadores de más recorrido y tiempo en el equipo, también con la presencia arriba de Allan Pérez. De esa generación muchos quedaron en el camino, hasta la actual; no necesariamente mejor, sí de mayor nivel técnico.
“Ya no es un once que juegue a tirar pelotazos, sino que intenta salir tocando el balón.
“¿Fortaleza táctica? La defensiva. Aunque no jugamos a defender. Si bien en ocasiones hemos sido de los que menos goles anotan, también logramos ser de los que menos goles permiten. La imagen del 7-0 de Santiago a Artemisa en el Torneo Apertura, o del 5-0, quedó atrás con un trabajo sostenido en el terreno.
“Los jugadores han tomado conciencia de hacia dónde queremos ir y qué nos hace falta. Por eso menciono la defensiva. Los goles llegan; a fin de cuentas, el líder goleador es uno de los nuestros.
“Desde el primer día trabajamos lo físico, lo técnico, lo táctico y lo psicológico. Así mismo hay que ayudar en lo espiritual, con entrenamiento sistemático y buena atención a los muchachos.
“La principal fortaleza radica en la unidad, de las líneas ofensivas y las defensivas, de portería y defensa, de esta con los medios y ellos con los delanteros, a la par de todos con los suplentes y la dirección.
“La unidad del grupo entero propicia estos resultados, que pueden perdurar porque es un conjunto nuevo, una mezcla de jóvenes que, la mayoría, proviene de la Eide.
“Tenemos una cantera de jugadores campeones o medallistas en las categorías inferiores: sub 13, sub 15 y juveniles. Este mismo año los juveniles quedaron en segundo lugar nacional, mientras los chicos del sub 15 fueron primeros. Y, en dos o tres años, ascenderán al primer equipo”.
El jueves 26 fue abanderado el conjunto, rumbo al Torneo Apertura de la 107 Liga Nacional de Fútbol. Pese a sus notables baluartes, enfrentarán un considerable desafío.
“Tenemos problemas con los sub 20, porque los nacidos en 2004 van a cumplir el Servicio Militar. A la vez, los de la Eide participarán en cuatro partidos menos con nosotros; van a jugar en su categoría, así que —si están listos— intervendrían solo en tres o cuatro con el primer equipo. No queda otro remedio sino incorporar chicos de la calle, que no pasaron por la Eide.
“Tampoco podremos contar con Yasnay Rivero en el Torneo Apertura; está jugando en el fútbol de Antigua y Barbuda. Ni con el refuerzo Maikel Reyes, que anda por Nicaragua. Darío Ramos igual está en espera de un contrato en Nicaragua. Y Romario Torres cumplirá la mayoría de edad, y posiblemente se vaya a Uruguay.
“Se nos van efectivos de nivel. Es como dicen muchos entrenadores: cada año hay que armar un equipo nuevo”.
Aun así, los seguirá distinguiendo un medio campo virtuoso.
“Conjuntamente con la línea de ataque, la línea media ha ganado en nivel técnico, debido al ascenso de los chicos procedentes de la Eide. Entretanto, los que vienen por captación directa y no han pasado por la pirámide se van adaptando poco a poco, pero cada año son menos.
“Eso facilita que ya no juguemos al pelotazo y a correr, como años atrás. Ahora una buena media, con un nivel técnico notable, sabe tocar el balón, encarar al contrario, driblar y hacer jugadas.
“Es una lástima que, a veces, el terreno conspira en contra. Nosotros entrenamos en San Cristóbal, y el césped está en malas condiciones, lo cual se acrecienta con la sequía. Cuando jugamos en un terreno bueno (excepto el sintético de Santiago), más plano, con más hierba, los partidos salen mejor”.
Así sucede en Grandes Alamedas, la cancha donde resultan casi imbatibles. Si antes los aficionados acudían a verles en gesto de apoyo y complicidad, en el venidero torneo disfrutarán del orgullo de seguir a los campeones. Paradójicamente, la corona puede consolidar la confianza del once artemiseño, o presionarlos.
“El título nos compromete a mantenernos entre los tres primeros… y, si se da la posibilidad de luchar por el campeonato, ahí estaremos otra vez.
“Este conjunto va adquiriendo experiencia y, sin sentirse presionado a ser campeón, puede lograr un buen resultado. Santiago lo fue durante tres años seguidos; nosotros recién ganamos por primera vez. Estos muchachos son verdaderos Gladiadores, siempre peleando por sus sueños”.