Dicen que los girasoles y el Sol tienen una complicidad especial. Tras cada amanecer, estas flores tienden a buscar la poderosa estrella, a la cual simbolizan. El parecido entre ambos es inevitable, así como la energía que desprenden.
Su magia ha marcado el decursar de la vida de cinco güireños -que más que amigos se han convertido en familia-, y de cuya unión han nacido varios proyectos que no pierden de vista estos elementos tan singulares, inspiradores de amor, admiración, felicidad, positivismo y vitalidad.
Un bazar para todos los gustos
Desde hace más de un año este encantador espacio es de los preferidos de la calle Cuba, en Güira de Melena. Variadas propuestas para todos los gustos pueden encontrarse en el Bazar Ojos color Sol.
“Somos amantes de los girasoles, estos y el Sol se complementan. De ahí surge el nombre”, cuenta Enrique Leal Delgado, al frente del proyecto de trabajo que cada vez atrae más visitantes y un sinnúmero de seguidores también en las redes sociales.
Desde las primeras ideas que le dieron alas a un sueño común, los integrantes de este equipo se involucraron de a lleno y, más tarde, dedicaron tiempo y esfuerzos a la restauración de un local arrendado a Comercio. “Hicimos una reparación capital que incluyó cubierta, falso techo, plomería, electricidad, herrería, cristalería, instalaciones sanitarias…, pues estaba en muy malas condiciones. Lo único que no se intervino fue el piso”.
El 8 de septiembre del 2021 marcó un antes y un después en el bazar, al hacerse realidad la materialización de un empeño que cobró auge durante las etapas más difíciles de enfrentamiento a la COVID-19. “A grandes dificultades, grandes oportunidades”, asegura el joven emprendedor, orgulloso de cuanto han logrado hasta el momento.
Cuando empezaron contaban con un inventario de 35 productos; un año después la cifra ascendió a 250. “Hemos crecido e incrementado la gama de ofertas a la población. Güira es un municipio bastante comercial y desde un principio tuvo muy buena aceptación. Empezamos vendiendo cosas necesarias para el hogar, no solo artículos decorativos, sino por ejemplo, cerámica utilitaria.
“También, incluimos algunas ofertas de calzado, bolsos y cuadros. Hoy tenemos de todo un poco. Y mientras más posibilidades de producir y adquirir artículos se nos abran, mayor será la comercialización”, señala.
Actualmente, el 40 por ciento de los productos en venta se confeccionan en el taller y el 60 restante lo obtienen mediante alianzas con otros artesanos, mipymes, proyectos de trabajo, y la industria manufacturera.
“Tenemos facilidad para las manualidades: inicialmente empezamos como trabajadores por cuenta propia con licencia de artesanos y pasamos después a la modalidad proyecto de trabajo”, acota.
“Las materias primas más empleadas son papel, acetato, pegamento, cintas, silicona, pintura… Ante la escasez de recursos se nos dificulta el acceso a las mismas, pues no todos los proveedores cuentan con materiales disponibles”.
Entre las entidades con las que tienen contratos de venta destacan Etecsa y Fiscalía Provincial, Palmares, Industrias Locales, y cooperativas del territorio.
“También, vendemos (al por mayor) productos del taller a otros artesanos y proyectos de varios municipios. Hasta de Villa Clara, Matanzas, Pinar del Río y La Habana vienen a visitarnos”, precisa.De lunes a sábado, de 8:30 a.m. a 4:30 p.m., y los domingos, de 9:00 a.m. a 1:00 p.m., el bazar acoge a quienes llegan a este espacio, donde tienen como premisa la excelencia y el buen trato.
Entre amigos
A una cuadra del distintivo sitio se encuentra La Casa de Sol, una tienda de regalos que puede considerarse la génesis de lo que es hoy el bazar.
Hace cuatro años abrió sus puertas como un punto de venta donde comercializaban productos de otros artesanos. Dos años después concibieron un taller con la finalidad de hacer sus propias creaciones y nace entonces un nuevo emprendimiento. “Un grupo de cinco amigos decidimos unirnos y como resultado surgió un gran proyecto, al que llamamos Los cinco soles.
“De ahí se originó más tarde el bazar y casi al unísono, en la construcción aledaña a este, La Piñata Sol”, afirma Enrique.
De esa forma, con un espacio propio para la inspiración, se dieron a la tarea de crear velas decorativas y aromáticas, jabas de regalo, piñatas de diferentes tamaños y formas, bases para dulces, gorros, caretas, pitos, cornetas, números para cake; así como, de realizar trabajos con cerámica fría y también con tela, acometer el montaje de cuadros y de lienzografías, entre otras opciones.
“Los productos fabricados en nuestro taller están dirigidos lo mismo a la casa del regalo, que al bazar o la piñatera”, especifica.
Emprendimientos como estos se ajustan al desarrollo demandado, a las formas de gestión no estatal, y precisan de constancia en el trabajo, crecimiento y mejoras continuas, para no perder el rumbo y marcar siempre la diferencia.