Pareciera tener cierta propensión hacia lo difícil. Más de uno pensaría que a este hombre le gusta complicarse la existencia. Frecuentemente, asume la disputa entre vida y muerte; no porque le tocó, sino porque la escogió.
Como si no fuese suficientemente compleja la Medicina, prefirió también la Pediatría y los Cuidados Intensivos. La vocación por el estudio y el humanismo son incuestionables en el doctor Jorge Enrique Padrón Álvarez. ¿Quién? “El profe Jerry”, “Jerry el pediatra”.
La inclinación profesional no llegó con los genes. Él y su hermana fueron fruto de la alianza de un guajiro pinareño que enamoró a una maestra normalista venida de La Habana, a cumplir el servicio social en San Diego de los Baños.
Ella les inculcó el hábito de estudiar. De tal suerte, Jerry ingresó en la vocacional de Ciencias Exactas, Federico Engels, de Pinar del Río, en 1980, donde realizó las enseñanzas secundaria básica y preuniversitaria, hasta 1986.
“Fue allí, junto a otros compañeros que igual mostraban cierta vocación por la Medicina, que nos embullamos unos a otros. También me gustaba la arquitectura, pero no tenía aptitud para eso: hay que saber dibujar muy bien; la verdad, nunca pensé en estudiarla”.
Probablemente no se perdió ningún arquitecto, pero sí se ganó un gran doctor.
“Los primeros dos años de la carrera los hice en la Facultad Ernesto Che Guevara. Del tercero hasta el sexto (1988-1992), en el hospital Comandante Pinares, de San Cristóbal. Siempre me gustó la Pediatría: esa preferencia creció durante las rotaciones por la especialidad.
“La profesora Caridad Ben Salas, pediatra e intensivista del hospital, influyó mucho en mí.Era una profesional de renombre, muy inteligente, acudían muchas personas a verla.Me gustaban sus consultas y me enseñó mucho. Recuerdo que me decía: `Tú tienes alma de Pediatra´”.
Tres años más de estudio, y culminó la especialización en septiembre de 1995. Ya en enero de 1996, iniciaba un curso nacional de Terapia Intensiva Pediátrica.Fue así como el 8 de octubre de 1996, comenzó a desempeñarse como intensivista en el Comandante Pinares, hasta hoy.
Ha mostrado su brillantez como profesional junto a un colectivo -igualmente preciado- que hace de los Cuidados Intensivos Pediátricos de San Cristóbal, referente.
En diciembre de 1999,una catástrofe ocurrida a miles de kilómetros, sacudió su cotidianidad. “Cumplía la guardia y fue algo así… relámpago. El director del hospital me llamó esa noche y me dijo: “Jerry, necesitamos un intensivista que vaya a Venezuela de forma emergente. Hubo un desastre, se necesita personal capacitado”.
Pocas horas bastaron pararealizar la documentación de viaje; muy pronto, junto a otros 45 especialistas, arribaba al Estado Vargas, integrando la primera brigada médica cubana en Venezuela.
“Fue una experiencia impactante. Cuando llegamos había 33 000 muertos y desaparecidos en la ciudad, algo horrendo. Laboré como pediatra emergencista y neonatólogo en el hospital naval de la Marina de Guerra, Raúl Perdomo Hurtado. Allí ayudamos a abrir el servicio de manera emergente, pues el único pediátrico del Estado lo había destruido el desastre: estaba detrás de una gran montaña de lodo que se vino abajo y lo tapó. Recuerdo haber caminado por el techo de aquel centro.
“Estuvimos seis meses. Al final resultó una labor bonita: nos integramos muy bien con el equipo de Venezuela”.
Una década después, en octubre de 2010, otra misión internacionalista lo llevó hasta la lejana República DemocráticaPopular Lao, por más de dos años.Esta vez, debió enfrentar las diferencias culturales entre Occidente y Oriente, en un país que acuden los turistas de nuestro hemisferio a apreciar “lo exótico”. Un choque tremendo, compensado por la calidez y nobleza de quienes conoció.
¿Cómo superó las barreras de la comunicación? “Muchos de los especialistas hablaban inglés, y a través del inglés, aprendimos laosiano, el clásico, porque también existen otros dos dialectos en la población. Es un idioma fácil de estudiar, no tanto la pronunciación”.
A los tres meses, Jerry consultaba solo en el Cuerpo de Guardia; había aprendido lo básico para comunicarme con sus pacientes.De su desempeño, basta decir que al arribar a la ciudad de XamNua, un sitio donde eran frecuentes los casos de fiebre tifoidea, tuberculosis, la prematuridad y el bajo peso al nacer, la mortalidad infantil ascendía a 59 por cada mil nacidos vivos;al despedirse, había disminuido a 19.
También en Cuba este doctor ha brindado su apoyo a otros centros asistenciales que lo han necesitado como el CardiocentroWilian Soler, de La Habana; y la Terapia del hospital pediátrico José Ramón Martínez, de Guanajay.
Pero el mayor tiempo lo ha dedicado al Comandante Pinares. Ha pasado tantas horas allí, que a veces parece haber confundido el sitio con su casa, aunque bien pudiera ser a la inversa, dada la afluencia de padres con hijos enfermosa su domicilio, donde igualmente los atiende.
“Mi primer paciente grave lo recuerdo con mucha intensidad: un niño con un estatus convulsivo y yo recién graduado, resultó bien difícil el manejo. A otros, que permanecen mucho tiempo con nosotros en la sala, los recordamos siempre con cariño;entre ellos Ariel, un bebé nacido en el hospital, trasladado a Neonatología, y luego a la terapia, donde permaneció cinco años”.
En ese sitio, además del estrés habitual que provoca el trabajo en el servicio, la naturaleza también lo ha puesto a prueba reiteradamente: ciclones, terremoto, como aquel 29 de junio de 2021, cuando el temblor de tierra lo sorprendió -junto a varios colegas- en plena discusión de los cinco casos reportados de grave que atendían.
“No hubo tiempo de reaccionar. Me quedé sentado; luego salí a ver qué había pasado. Debido a su desesperación, primero calmamos a las madres; había un niño dependiente de oxígeno y otra con ventilación mecánica, lo cual nos impedía salir de allí. No voy a negar el temor, pero nunca los abandonamos”.
Recientemente, ha sido nombrado miembro del Grupo Nacional de Terapia Intensiva y Emergencia Pediátrica, un núcleo de 21 especialistas de todo el país, con la responsabilidad de garantizar una adecuada calidad en esos servicios e incentivar el desarrollo profesional de los intensivistas.
“Implica mucha responsabilidad: más entrega y estudio. Para ser un buen médico se requiere, primero, ser muy humano, pero también hay que ponerle sentimientos y el deseo de estudiar, estar siempre presto a estudiar.
“Estoy convencido de que si muriera y volviera a nacer, quisiera ser médico; y si vuelvo a nacer, quisiera ser pediatra. Ser médico y pediatra es parte de mi vida”.
Lo sentencia con todo conocimiento de causa, a sabiendas de que nada ha sido fácil; quizás por eso, resulte más hermoso.
Excelente profesional, pero además líder indiscutible del Colectivo de la Terapia de niños, de esos indispensables que primero hacen, dan ejemplo y luego exiguen. Compañero de trabajo y amigo incondicional..admirado por todos los que lo conocen y hasta los no…mi abrazo y admiración para ti 🤗.
Felicidades por todos tus logros !! Primo
Eres ejemplar. Te queremos !!
Excelente profesional buen hijo, hermano, tío, sobrino y de todo lo demás su calidad humana sobrepasa el tamaño de su corazón, todos sus éxitos han sido muy merecidos y yo muy particularmente te deseo primo muchas muchas felicidades te queremos.
Excelente profesional,amigo , hermano,con condiciones incalculables,digno de respeto y cariño,es de esas personas que quisiéramos nos acompañen en discusiones de casos complejos, siempre está cuando lo necesitamos .
Felicidades mi hermano te queremos.
Existen seres humanos brillantes, únicos, inigualables, pero Jerry está en otro nivel de nuestra especie, es un ser de luz, él ilumina cada espacio con su presencia y su sabiduría. Que honor conocerlo, que tranquilidad como madre al saber que el está ahí por si llegáramos a necesitarlo. Saludos doctor!!!!! Bravo por su labor!!!!
Es una felicidad contar con la generosidad de este excelente médico, amigo. Es una maravilla tenerlo en el momento necesario y preciso de nuestras vidas. Es el Doctor Yerry, el profesional dedicado a sus pacientes, es la persona indicada para llevarle a tu hijo, o tu nieto, etc. Es su equipo de trabajo en la terapia de niños del hospital Conmadate Pinares de San Cristóbal, Artemisa Cuba, merecedor de todo el respeto y admiración de los pacientes que hasta hoy atienden con ese amor y preocupación; por ayudar en la salud de cada uno. Dios te bendiga 🙏. A pesar de todas las adversidades que haz tenido en tu vida familiar no te haz detenido en seguir cumpliendo con esta profesión que elegiste. Mi reconocimiento hoy siempre para ti Doctor. Felicidades
Merecido reconocimiento te mereces eso y mucho más por tu entrega a tu profesión como lo haces con esa sonrisa ,ese carisma ,te quiero mucho y siempre serás mi médico
Un alma sin límites
Muchas felicidades por todo tus logros y gracias por existir en nuestro hospital y en la sala de pediatría que la haces tuya un abrazo te queremos médico
Excelente profesional. Es una bendición tenerlo en nuestro Hospital..!!Gracias Dr.por su entrega, por su tiempo, incluso el de su descanso, donde también acuden sus pacientes necesitados de su asistencia.
Ud debe sentir orgullo de tantas personas que le queremos ,de esos infantes que al crecer, recuerdan …mi pediatra fue el Dr Jerry.
Muchas Gracias!!! Y Felicidades 🎊
Excelente medico y persona…el mejor pediatra de cuba
Excelente profesional que engalana la Pediatría en Cuba y el mundo,humano, cordial,estudioso,respetuoso en fin un ser digno de admirar y de seguir por todos los profesionales por sus cualidades invaluables lo queremos profesor seguiremos su ejemplo.
Excelente profesional, abnegado y entregado sin reservas a esta gran tarea q es ser médico pero más q eso, a la hermosa labor de ser pediatra. Una de las personas más respetuosas q he conocido, capaz de tratar como alguien importante a un estudiante y lo digo por experiencia propia cuando sin conocerme accedió a ser mi Tutor de la ayudantía cuando solo estaba en segundo año de la carrera. Hoy cuando lucho por terminar el tercer año de la especialidad de Pediatría, he tenido el placer de contar con su ejemplo y estaría orgullosa de un día poder seguir sus pasos y tener su apoyo como compañero de trabajo. Mis respetos para usted.
Excelente profesional, amigo, persona incondicional en toda la extensión de la palabra, uno de los ídolos de la terapia de niños del Hospital Comandante Pinares , un abrazo amigo, y muy merecidos todos tu logros, Felicidades
Excelente Médico, todo un pueblo lo adora por su entrega a esa hermosa labor que ejerce. Yo en particular lo admiro y le estoy eternamente agradecida por que siempre ha estado al pendiente de mi hermanita Nicole Romero quien por varios meses estuvo hospitalizada en la terapia Intesiva de hospital Comandante Pinares; este gran médico junto a su colega y tan buen Pediatra como lo es el Dictor Wildo los dos juntos me la salvaron y aun despues de 6años siguen siendo sus pediatras. Gracias por esa hermosa entrega a su profesión por ser excelentes ser humanos. Dios los bendiga 🙏
Excelente profesional, compañero de estudio en la universidad, maravillosa persona , amable , alegre , siempre dispuesto a ayudar , entregado a su linda labor médica de forma incondicional. Mis saludos para ti , un abrazo.
Un paradigma de la medicina , no hay palabra ni en la metodología griega de describir sus cualidades no tan solo como médico sino como persona cuando se nombre dr Jorge Enrique Padron Álvarez hay que quitarse el sombrero