Las obras infantiles son para siempre. Cada nueva generación volverá a reír y aprender con los cuentos de antaño. Quizás por eso Malawy Capote González disfruta tanto su trabajo.
Ahora mismo, la directora y actriz de la compañía de teatro Los Cuenteros, de San Antonio de los Baños, anda imbuida en remontar El Barrio de la Martina, basada en la popular historia de la cucarachita y el ratoncito Pérez.
Su fuente de energía inagotable nace de los niños. Para ellos se empeña en concebir espectáculos populares, frescos,con fino gracejo criollo,muchísima música y parodias, sobre todo mediante títeres de guante.
Así ha dado vida a El canto de la cigarra, Romelio y Juliana, La Guarandinga de Arroyo Blanco,Arroz con maíz,Las noches del cafetal, ¿Cómo cazar un güije?, Aventuras en pueblo chiflado, Cyrano y la madre de agua, Fantasía…
Galardonada con la Distinción por la Cultura Nacional y el sello 60 aniversario de la Uneac, entre otros reconocimientos, lidera un grupo que ha cosechado premios de la Unión Internacional de la Marioneta (UNIMA), los Villanueva y Caricato, así como en los festivalesnacionales de teatro.
Ser hija de dos personas tan comprometidas con la cultura como Julio Capote y Graciela González, le indicó el camino.
“Crecí entre telones y estudios del ICRT, viendo teatro de títeres. Eso me despertó la pasión. Creo que nací con la semilla dentro; ellos, con su dedicación y respeto, hicieron que germinara. Y un buen día decidí que ese sendero sería el mío también.
“De niña me enseñaron el amor por la lectura. Comencé a conocer el mundo del arte. Mi papá me daba clases de ballet en casa. Iba a cada estreno de Los Cuenteros. Hasta hice programas de TV con la compañía de mimos de la que él era el director: recuerdo Caritas y Variedades Infantiles.
“Era imposible ignorar tanta cultura. Cuanto he logrado en el teatro y como ser humano, en sentimientos, valores, compromiso… lo debo a ellos. Solo puedo agradecerles”.
-Y recoger el batón que dejóel director Félix Dardo, ¿te motivó o te presionó?
“Cuando Dardo enfermó, creo que a cada uno le pasó lo mismo: sentí que todo terminaba. Nuestro director por más de 40 años de trabajo, quien había dado al grupo un sello de identidad dentro del movimiento teatral cubano, quien le otorgó una poética campesina indiscutible, ya no estaba.
“Fue muy triste y difícil. La vida te pone a prueba cuando menos lo imaginas. Sin embargo, aprendí a salir adelante. Debíamos defender ese hermoso legado. Entonces, los actores y Blanca Felipe, asesora teatral de la compañía, me dijeron ‘te toca, por historia, por trayectoria y por ser la hermana mayor de Los Cuenteros’.
“Si digo que no me sentí presionada estaría mintiendo, pero a la vez fue una motivación inmensa: presión por enfrentarme a la tarea de seguir adelante con la gran historia de este grupo,por mantenerlo en el lugar que Dardo logró ponerlo, y una gran motivación al ver cómo todos confiaban en mí. No los podía defraudar.
“Y aquí estoy muy feliz. Me siento como la madre de todos, no por años sino por compromiso con el teatro”.
-¿Cuán difícil resulta laborar en una escena cubana donde al teatro de títeres no se le aprecia en su valor real?
“Los tiempos han cambiado. Se habla más del teatro de títeres. Las personas van a los teatros a ver estos espectáculos. Hay escuelas para formar actores titiriteros. No obstante, aún no se le da la importancia que tiene.
“Muchos piensan que es un arte de muñequitos; en realidad es lo contrario. Desde el teatro de figuras podemos tratar cualquier tema: el amor, la sexualidad, la muerte y las relaciones personales con todas sus problemáticas.
“Aportamos a la formación de valores,gustos estéticos, conocimientos de las distintas artes y, de una manera hermosa, contribuimos con el desarrollo de los niños.Hay que imponerse, trabajar y mostrar nuestra valía. La mejor forma de decir es hacer”.
-Igual han convertido en escenario aulas y otros espacios.
“No solo ahora. Desde la fundación de Los Cuenteroshacemos trabajo comunitario. En los ’70 ya acudíamos a escuelas, parques y sitios vulnerables, a lugares de difícil acceso como la Sierra Maestra y la Ciénaga de Zapata, además de la programación enteatros.
“Apenas estamos regresando con más fuerza a ese trabajo, al no tener una sede disponible. Nos reinventamos, con presentaciones en parques y escenas deimpronta en la calle, mientras Asprocon nos termina el local definitivo.
“Hay una generación de niños que no nos vio, debido a la pandemia y las circunstancias actuales. Por eso, llevamos un aula de una escuela,cada miércoles, a este pequeño espacio donde estamos, a disfrutar de un espectáculo.
“Los tenemos para cualquier espacio. Pero va en contra de los espectáculosde gran formato, esos que nos caracterizan, deuna dramaturgia espectacular, de muchos títeres y mucha música, luces, aforo y especificidades técnicas, con los cuales hemos obtenido numerosos premios.
“Entretanto, nos presentamos conEl Conejito Blas, el Lucasnómetro titiritero y Comino y Pimienta vencen al diablo. Saltamos el obstáculo y continuamos trabajando”.
-Mantener la línea del retablo tradicional requiere textos con el gracejo criollo tan propio de Los Cuenteros y que no sean ajenos a los niños de hoy. ¿Cómo los buscan y adaptan?
“Para suerte nuestra,no solo disponemos de la obra de los consagrados, sino también contamos con muchos dramaturgos jóvenes interesados en escribir teatro de títeres. Pero es cierto, a veces resulta difícil encontrar el texto, sobre todo que represente la poética de la compañía.
“¿Qué hacemos? Leer hasta que aparezca uno con el cual nos identifiquemos, y llevarlo a nuestra estética en un proceso de creación colectiva: el director guía y todos aportan, porque los actores deben sentirse bien con lo que hacen”.
-Sea cual sea el tema, no solo insisten en divertir al público, sino también en hacerlo pensar.
“Por supuesto, cada obra lleva un mensaje o enseñanza, pero desde una perspectiva infantil. Utilizamos el humor, la música y otros recursos titiriteros, para que al niño se le haga atractiva la propuesta y se identifique con ella”.
-¿Qué son los niños para Malawy?
“Me llevo muy bien con los niños. Me siento parte de ellos porque soy una niña grande. Tal vez me ven como una más, y por eso se identifican conmigo, pero realmente son ellos por quienes me levanto cada día motivada a trabajar. Con su inocencia, te buscan, te quieren besar, te quieren saludar; eso es muy gratificante.
“A veces estoy en lugares, llegan y los escucho decir ‘mira a Malawy’. Entonces, voy, los saludo, comparto su juego o su conversación… y cuando me vuelven a ver, ya soy su amiguita. Creo que es un don que me dio la vida, porque sentir el cariño y agradecimiento de esos a quienes has dedicado tu vida, es lo más grande.
“Recientemente,impartimos un taller de construcción de títeres para niños. Queremos incentivarlos desde pequeños a conocer el mundo de los títeres desde dentro, algo muy diferente a lo que ellos ven.
“Pretendemos enseñarles el proceso de trabajo antes del resultado final. Quizás alguno quiera seguir nuestros pasos y así fomentar el relevo. De hecho, hay un muchacho que se está preparando para presentarsea las pruebas de la escuela de titiriteros”.
-¿Acaso habrá simbolismo en la proximidad entre tu fecha de cumpleaños, el pasado 24 y la del grupo, el próximo 19?
“¡Claro! Ambos somos escorpiones: fuertes, decididos y apasionados”.