En El toril 602, de la Empresa Genética Los Naranjos, se respira tranquilidad. Los 210 animales comen y hay agua fresca en el bebedero, condiciones ideales para el cebado, pues de esta forma el ganado no sale a pastar.
La tranquilidad llegó luego de la adquisición de un sistema fotovoltaico
de bombeo. Atrás quedaron los inconvenientes generados por la escasez de combustible, la rotura de la fuente de abasto o los cortes eléctricos, que dificultaban llevarle agua al animal hasta su espacio.
“Más allá del imprescindible ahorro energético, con este equipo hemos sorteado no pocas dificultades con el abasto de agua. El ganado, al final, es el más beneficiado. Con anterioridad debíamos buscar alternativas si fallaba el abasto, y no siempre resultaba fácil”, declaró Roberto Matanzas, su administrador.
“Con la estabulación del sistema, todo se hace dentro de la cuadra o establo. Si les falta la comida bajan de peso y sin agua pueden morir, por eso nos ha venido de maravilla esta tecnología”, añadió.
Hacer de la sostenibilidad energética una realidad
“Nuestra entidad tiene instaladas 17 bombas fotovoltaicas, 38 molinos de viento y 18 calentadores solares. Estas formas de energía limpia han tenido un impacto positivo en la economía y en la masa animal”, explicó Luis Torres, director de la empresa.
La implementación de estos equipos responde a un impulso del sector agropecuario para posibilitar mejor atención a la masa vacuna, sobre todo en la etapa de sequía o ante condiciones adversas.
“Tenemos emplazados calentadores solares compactos en todas nuestras recrías, sumamente eficientes en la limpieza de los equipos de ordeño y la higienización de los animales. Los molinos de viento también se emplean
para el bombeo de agua, fundamentales en aquellas vaquerías alejadas
o de difícil acceso”, comentó Gonzalo Pimentel Tabares, especialista de
agrotecnia de la entidad.
En esta ecuación realmente ganan todos, porque es innegable la contribución a la eficiencia energética. En el tema del abasto de agua, permiten sustituir turbinas antiguas altas consumidoras de diésel, o evitar el abastecimiento con pipas. “Las bombas fotovoltaicas ahorran 170 litros de diésel y 1 303 Kilowatts (Kw) diariamente. Además, se benefician con el agua 1 405 cabezas de ganado”, declaró el directivo.
“De forma general, hemos dejado de consumir 200 750 litros de combustible y 1 millón 560 375 de Kw, lo que se traduce en un ahorro de más de cinco
millones de pesos. De esta manera 3 768 cabezas de ganado pueden disfrutar del agua con la posibilidad deseada, una problemática a resolver por completo en la empresa”.
“Quizás la deficiencia mayor sea no poder instalar más equipamiento”,
concluyó Pimentel, quien conoce cada proceso, porque le ha dedicado más de 40 años de su vida a la entidad.
Desde Los Naranjos, la proyección debe ir centrada precisamente en el estudio certero para posibilitar la adquisición de dichos equipos que facilitan soluciones sustentables para problemas reales.