Ciro germinó nuevamente en la tierra roja que le vio nacer y aún guarda sus restos. Hoy regresó al sitio donde se le recordó en presente, a 65 años de su caída en Mar Verde, junto a parte del pueblo de Artemisa y uno de sus compañeros, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, Héroe de la República y viceprimer ministro cubano.
Daniel Suárez Rodríguez, presidente de la Unión de Historiadores de Cuba en el territorio, evocó como Ciro, tras el golpe de Estado de Batista en 1952, “se colocó de inmediato a la vanguardia de una generación de avanzada, por su disposición, disciplina, actitudes físicas e incondicionalidad.
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“Fue juzgado en la causa 37 por el asalto al cuartel Moncada, pero no evadió responsabilidades; reconoció que seguía el liderazgo de Fidel y denunció, determinado y viril, el asesinato de Marcos Martí, hermano más allá de la comunidad de la sangre”.
Suárez Rodríguez apuntó a la disposición de Ciro para asumir la cárcel en Isla de Pinos, la creación del Movimiento 26 de julio, el exilio en México y la travesía del Granma. Cada espacio lo convirtió en oportunidad de superación personaly crecimiento ideológico.
Ciro participó de la fundación del Ejército Rebelde y se destacó en disímiles combates guerrilleros en la Sierra Maestra. “Murió de un balazo en la cabeza, peleando al frente de la gente con una actitud realmente heroica”, le contó el Che a Fidel, a raíz de su caída en Mar Verde, el 29 de noviembre de 1957.
Como muestra de respeto y admiración, Fidel aprobó su ascenso póstumo al grado de Comandante, y meses después la columna invasora número 8 sería bautizada con su nombre.
El laud de Edwin Vichot, las voces de Yelinet Martínez y Lázara Katy, los repentistas Héctor Montesinos y Yosvany León, décimas de Reinier del Pino, la maestría de NC Dance y Temperamento, unidos a Créeme, de Vicente Feliú, a la manera de José Sisto, amenizaron el tributo al insigne capitán del pueblo.
Al cierre del acto político-cultural, que contó con la presencia de Gladys Martínez Verdecia, Primera Secretaria del Partido en Artemisa, y el gobernador Ricardo Concepción Rodríguez, entre otros directivos, Sergio Redondo García, hermano del héroe, compartió la emoción de encontrarse en el Mausoleo.
“A Ciro todos lo querían, era muy sociable, y aunque me resulte difícil bajar para estar junto él, lo hice. Es una obligación y lo volveré a hacer siempre que sea necesario”.
