Cualquier reconocimiento parece pequeño para reafirmar el valor de la inmensa obra del tenor y profesor ariguanabense Rodolfo Chacón Saínz, un nombre para respetar en el ancho universo del bel canto en Cuba.
Pero hay reconocimientos que llenan de alegría el corazón del ser más sencillo y ese ha sido la Distinción Gitana Tropical, que acaba de entregarle la Dirección Provincial de Cultura en La Habana a este prestigioso artista ariguanabense, camino a cumplir sus ochenta años el próximo 29 de noviembre.
Chacón es un ser impresionantemente culto, pero nada pedante. Abre su corazón de par en par a sus amigos y a quienes llegan a él en busca de adentrarse en los misterios del pentagrama insular y planetario, y cuenta chistes de cubanísima gracia y picardía como cualquier hijo de vecino.
Ha interpretado creaciones de los más memorables autores del patio, como Eliseo Grenet, Rodrigo Prats, Ernesto Lecuona y Adolfo Guzmán, personajes de zarzuelas como María la O y Cecilia Valdés y de óperas muy exigentes de Mozart, Puccini, Verdi…, las cuales ha debido cantar en su idioma original.
De su mano han crecido talentos incontables que, después, han subido a los más diversos escenarios del mundo, como lo hizo Chacón en España, Italia, Corea y Brasil. También su potente voz ha quedado grabada para siempre en películas como La bella del Alhambra, de Enrique Pineda Barnet, y El recurso del método, de Miguel Littín.
Al recibir la Distinción Gitana Tropical, el maestro Chacón se llena de orgullo y, de paso, nos llena de este también, hace que nos sintamos felices al saber que un símbolo tan querido de nuestra identidad, como la Gitana de Víctor Manuel, esté en sus manos de eterno formador de hombres y mujeres para la cultura.
Pues entonces, ¡enhorabuena, maestro Chacón, disfrute a su Gitana, que bien la merece usted! Eso sí: quedamos esperando porque, al fin, la Distinción por la Cultura Cubana cuelgue de su pecho.