En un mundo cada vez más diverso e inclusivo, no son pocas las barreras que aún impone el silencio. Pese a los pasos de avance, para las personas con discapacidades auditivas, las limitantes que dificultan sus posibilidades de expresar y comunicar y, por ende, el acceso a la información y a la participación plena y efectiva, son una realidad con la que lidian a diario.
La vida está llena de obstáculos, pero también de posibilidades. Hacer de las diferencias, nuevas oportunidades es terreno ganado a favor de la inclusión, esa que aspira lograr que podamos tener las mismas alternativas para realizarnos como individuos, independientemente de nuestras habilidades, características, cultura…
Según el Ministerio de Salud Pública, en Cuba, entre uno y tres por cada mil nacidos vivos pueden padecer de sordera severa-profunda. La comunidad sorda artemiseña alcanza los 1 128 miembros. Frank José Martínez Ross, vicepresidente de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC) en Artemisa, señala dificultades que atentan aún contra el desarrollo de este segmento poblacional.
La necesidad de los servicios de intérpretes de Lengua de Señas Cubana en varios espacios es de los temas más acuciantes. Para ilustrarlo, resulta válido señalar que de 59 alumnos con discapacidad auditiva que cursan estudios en diferentes enseñanzas, solo cuatro cuentan con profesionales de este tipo.
Y qué decir de la relevancia de que los centros hospitalarios puedan disponer de un intérprete que los ayude a comunicarse, como sucede en otros territorios. No siempre la persona en situación de discapacidad llega con un acompañante. Puede llegar de pronto con un dolor, accidentada o en otras circunstancias, y es preciso garantizarle una vía accesible para expresar lo que siente y, a la vez, comprender cada interrogante o indicación.
Si de servicios se trata, los de transportación también suponen un reto. En la terminal de ómnibus provincial, por ejemplo, no existe ningún elemento al alcance que les brinde la información precisa para emprender cada viaje.Recursos visuales como letreros y señalizaciones pueden ser de gran ayuda para hacerlos partícipes en este y otros ámbitos.
Pensar una sociedad desde sus diversos matices, desde la empatía, es una forma más de ser útil. Como se ha hecho evidente, la figura del intérprete resulta esencial, pero para disponer de estos, primero es preciso formarlos, y continúa siendo un asunto del cual se adolece, tanto como de la necesidad de que diversos organismos a los que se debe recurrir con frecuencia sean conscientes del tema; es posible demandar profesionales de Lengua de
Señas para sus equipos de trabajo. Mientras mayor sea el alcance, mayores
serán las variantes de inclusión. No es utopía que cada vez sean más los oyentes que encuentren en esta su segunda lengua. Ya sea por necesidades familiares, afectivas o profesionales, muchos han hallado en esta forma de
expresión una manera de interactuar.
Si comunicarse es difícil, para algunos encontrar trabajo también lo es. Entre las opciones más asequibles -de acuerdo al nivel de escolaridad alcanzado-, y que les sirve para luego desarrollarse en otros espacios una vez aprendido un oficio, se encuentran los talleres especiales para personas en situación de discapacidad. Sin embargo, en municipios como San Antonio de los Baños, Güira de Melena, Artemisa y Bauta, se les ha dificultado el acceso.
La ubicación del Centro Auditivo Provincial es otro de los aspectos que preocupa a la comunidad sorda y consideran debe ser una prioridad su traslado hacia la cabecera provincial, a fin de hacer más factible esta alternativa y apoyar a las personas de la tercera edad, a quienes hoy les resulta engorroso llegar hasta este sitio con sede en San Antonio de los Baños.
Del 27 de noviembre al 3 de diciembre celebraremos la Semana de Equiparación de Oportunidades y, precisamente, la tercera jornada del último mes del año se conmemora el Día Mundial de las Personas con Discapacidad, momentos para reconocer cuánto puede aportar este grupo poblacional a la vida social y económica del país mediante una participación activa y, al mismo tiempo, propiciar miradas más integradoras.
En una nación que aboga por la igualdad de oportunidades en todas sus esferas, ¿cuánto podemos hacer para construir una sociedad más inclusiva para todos?